PS_NyG_1997v044n003p0237_0316

266 MARIANO ÁLVAREZ GÓMEZ te la concepción kantiana; pero no se limita a esto, sino que su plan­ teamiento tiene un alcance histórico mucho mayor desde el momen­ to que se trata también de la unidad de esencia y existencia. La rela­ ción entre ambas abarca de alguna forma la historia entera de la filosofía. Respecto de este tema la posición de Hegel no es fácilmente asimilable a los esquemas habituales, bien de la identidad bien de la distinción real entre esencia y existencia. Evidentemente, para Hegel una y otra se distinguen realmente, pero no es menos cierto que constituyen una unidad, y en ese sentido se identifican también realmente. Esto a su vez, lejos de ser un juego gratuito de palabras, está en relación directa, al igual que el tratamiento de muchos otros temas, con la distinción, fundamental metodológicamente, entre entendimiento y razón, así como con el significado de la negativi- dad en cuanto núcleo de la dialéctica. «El entendimiento determina y mantiene firmes las determinaciones. La razón es negativa y d ia­ léctica, porque resuelve en nada las determinaciones del entendi­ miento...» (WL, 6-29); «... al detenerse sólo en el lado abstracto y negativo de lo dialéctico, el resultado es sencillamente la afirmación conocida de que la razón es incapaz de conocer el infinito... Lo espe­ culativo está... en la concepción... de los contrarios en su unidad, o sea de lo positivo en lo negativo. Es el aspecto más importante, y también el más difícil para el pensamiento todavía no ejercitado ni libre» (WL, 38-52). Recordar estas palabras, tan conocidas y citadas, es pertinente para evitar la posible confusión de la por Hegel sostenida unidad de esencia y existencia con una muy significativa concepción den­ tro de la Escolástica que, reconociendo su distinción, la relativiza al decir que esencia y existencia constituyen elementa quibus , no ele­ menta quae. Aparte de que tales distinciones verbales suelen ser tan expeditivas como poco aclaratorias, la concepción de Hegel se mueve en un orden distinto, puesto que se trata no de dos, sean elementos o cosas, sino de «unidad inmediata», de forma que la esencia es la existencia y al contrario. Sobre el sentido de esta uni­ dad inmediata vamos a volver enseguida. Indiquemos previamente que Hegel, al entender, además, la realidad como unidad de lo interno y de lo externo, supera el dua­ lismo en un sentido que desborda el lenguaje estrictamente filosófi-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz