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LO ABSOLUTO Y LA REALIDAD 239 Respecto de Spinoza, ya el primer capítulo que en WL dedica Hegel al tema de la realidad, en los apartados que preceden a la «Anmerkung» a que nos acabamos de referir, representa una correc­ ción, a la vez que una asunción, de la concepción spinoziana. Esto se echa de ver en que, exponiendo en dicho capítulo su propia con­ cepción, distinta en todo caso de la de Spinoza, sin embargo, sigue de cerca el esquema de éste: «exposición de lo absoluto», «el atribu­ to absoluto», «el modo de lo absoluto» (WL II 157/164-469/474). Es decir, se trata de una exposición superadora de la propia concep­ ción de Spinoza sobre la sustancia, los atributos y los modos. Aun­ que en la Enciclopedia suprime este capítulo, Hegel sigue teniendo a Spinoza como un objetivo que ha de asimilarse y superarse al mismo tiempo. ¿Cuál es, en pocas palabras, la concepción hegeliana sobre lo absoluto, los atributos y sus modos en el contexto de la noción de realidad? ¿En qué medida la determinación del significado de estos términos sirve para fijar las líneas fundamentales del concepto mismo de realidad? En primer lugar, lo absoluto se muestra, desde la perspectiva de Hegel, como algo eminentemente contradictorio. En efecto, lo abso­ luto implica «la negación de todos los predicados» (WL 157-469). Cosa obvia, puesto que el predicado es, en cualquier caso, algo determi­ nado, es esto y no lo otro, mientras que lo absoluto no es nada deter­ minado, ya que de lo contrario se delimitaría, frente a lo otro, deja­ ría ipso fa d o de ser absoluto, de estar por así decirlo ab-suelto de toda relación a lo otro. No hay, pues, nada más obvio que concluir que, desde la perspectiva de lo absoluto, «omnis determinatio est negatio», principio spinoziano que Hegel acepta sin vacilar. Pero, por otra parte, lo absoluto es, también por definición, principio de toda realidad y, puesto que ésta tiene un carácter determinado, la deter­ minación y, por tanto, la negación, ha de ser inherente a lo absoluto mismo, si se pretende que éste sea un principio verdaderamente explicativo. Con otras palabras: lo absoluto es contradictorio, en cuanto que, de una parte, es la negación de toda determinación y, al mismo tiempo, es el principio que pone toda determinación. O dicho de otra forma, lo absoluto es tanto la acción de negar toda determi­ nación como la acción de poner toda determinación. Esto implica que es la acción de negar su propia acción de negar: negación en

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