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LO ABSOLUTO Y LA REALIDAD 263 probablemente revolucionario en el tratamiento del concepto mismo de realidad. — En tercer lugar, y de una manera más general, la importan­ cia de la doctrina sobre la modalidad aparece extraordinariamente realzada. Probablemente tiene especial sentido con relación a Hegel la afirmación de N. Hartmann de que «desde siempre las decisiones fundamentales de la Metafísica se han tomado en el campo de la modalidad» (VIII). — En cu arto lugar, esto mismo aparece más concretamente confirmado en el sentido siguiente: la culminación de lo absoluto en su expresión modal, en la forma en que en las páginas anterio­ res ha quedado explicado, implica que la modalidad misma como tal tiene un carácter absoluto. Con ello se invierte de alguna manera el significado habitual de modalidad, pues no se trataría, como a primera vista pudiera parecer, de variaciones o matices de algo pre­ viamente constituido, sino, por el contrario, de la constitución de lo absoluto o de la realidad como tal y tal cosa. — En quinto lugar, el hecho de que Hegel introduzca al estu­ dio de la modalidad con una discusión expresa de la concepción de Spinoza, significa claramente una toma de partido en contra de Kant quien, como es sabido, entiende que «lo peculiar de las categorías de la modalidad consiste en que, en cuanto determinaciones del objeto, no amplían en lo más mínimo el concepto al que sirven de predicado, sino que expresan simplemente la relación de tal con­ cepto con la facultad cognoscitiva. Aunque el concepto de una cosa está ya completo, puedo seguir preguntando si ese objeto es sim­ plemente posible, si es real o, en el caso de que sea real, si es inclu­ so necesario. A través de todas estas cuestiones no pensamos hacer más determinaciones en el objeto mismo, sino que preguntamos sim­ plemente en qué relación se halla tal objeto (juntamente con todas sus determinaciones) con el entendimiento y con su uso empírico, con el juicio empírico y con la razón en su aplicación a la experien­ cia» (KRV A 219 ). Aparte de que, en relación al problema de la moda­ lidad, la realidad no es para Hegel una modalidad entre otras, sino el «Oberbegriff» que las engloba a todas, y de que se introduce la contingencia como una de las modalidades, lo más importante es que las categorías de la modalidad amplían ciertamente el concepto de que se predican y no se limitan, en consecuencia, a expresar sim-

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