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140 TARSICIO DE AZCONA Es verdad que años más tarde fue asumido el caso por eminen­ tes eclesiásticos cubanos, que se empeñaron en reivindicar la memo­ ria de su paisana. Antes que feneciesen los 30 años exigidos por el derecho en las causas de beatificación, plantearon el caso en Pla- sencia. Por medio del chantre de la catedral, Don Benito Fernández López, presentaron ante el cabildo de Plasencia una petición para levantar el decreto del obispo Dr. Casas Souto, promulgado en 1906. No sólo no se consiguió la anulación del decreto, sino que el cabil­ do catedral en sede vacante mantuvo el vigor del mismo el 3 de julio de 1934 12. ALCANCE DEL PRESENTE ESTUDIO Queremos que conste con nitidez el alcance de este estudio. Para conseguirlo, numeramos y desmenuzamos nuestros puntos de vista: 1. Nuestro estudio no aspira ni trata de juzgar la actuación de la jerarquía eclesiástica en los tres momentos más importantes de su intervención en la materia: el decreto episcopal del obispo de Pla­ sencia en 1906, la condenación del libro del P. Juan de Guernica por la Congregación del índice en 1916 y la intervención del cabil­ do de Plasencia en sede vacante en 1934, reiterando el decreto epis­ copal de 1906. Ahí están los tres actos jerárquicos, cada uno con su peso jurídico específico. ¿Inamovibles? Parece que, cambiadas las circunstancias, se podía auspiciar que pudieran ser revisados por quien corresponda. No sea que en la Iglesia quienes más sufran sean los humildes y pequeños. 2. Este estudio aspira y trata de dar a conocer la documenta­ ción existente en el monasterio de clarisas capuchinas de Plasencia (España), referente a la religiosa cubana Sor María Ana Castro Val- dés de la Torre, que vivió en dicho monasterio cinco años (agosto de 1899 - agosto de 1904), los suficientes para turbar la existencia del mismo y dejarlo marcado con algunos estigmas, de los que no se ha liberado por completo. 12 El Decreto del cabildo sede vacante se encuentra en Carpeta n.° 17, 2.