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HACIA UNA CULTURA PLANETARIA 133 za, lo mismo en los sistemas racistas que en los comunistas. Contra esta despersonalización reaccionó vigorosamente. En el aspecto constructivo puede resumirse su pensamiento en esta declaración que hace en Manifiesto al servicio de la persona: «Nuestra finalidad inmediata es definir frente a unas concepciones masivas y parcial­ mente inhumanas, de la civilización, el conjunto de primeras aquies- ciencias que pueden dar fundamento a una civilización dedicada a la persona humana» 35. Dónde juzga hallar estas primeras aquies- ciencias lo dice claramente en estos términos: «No hay más cultura que la metafísica y personal. Metafísica , esto es, que mira por enci­ ma del hombre, de la sensación del placer, de la utilidad, de la fun­ ción social. Personal , esto es, sólo un enriquecimiento interior del sujeto y no un acrecentamiento de su saber hacer o de su saber decir merece el nombre de cultura»3Ó. Nos abren certeramente estas consignas de E. Mounier a la cultura planetaria. Volvemos ahora a mentar de nuevo a P. Teilhard de Chardin, por haber visto en las reuniones internacionales de los sabios en Paleontología y en Prehistoria un signo positivo de unión y concor­ dia de los pueblos. Si los hombres de ciencia se reúnen para ins­ truirse mutuamente, ¿por qué no extender este procedimiento a todos los campos para obtener una convergente cultura planetaria? Esta idea de la convergencia planetaria el filósofo mejicano, J. Vasconcelos, la pensó intensamente desde el decisivo campo de la biología. Frente a todo alicorto racismo juzgaba que había llega­ do la hora del mestizaje universal de los pueblos, base germinal de la futura raza cósmica. La palabra raza, aplicada al hombre, ha sido tan falsificada que ya casi no se la puede nombrar. Pero detrás de esta palabra J. Vasconcelos percibía la unidad planetaria del cosmos, cuya primera manifestación debía ser la creación de una cultura pla­ netaria, esencialmente idéntica para todos los pueblos, vinculados entre sí por la sangre y por la idea 37. 35 Emmanuel M o u n er , Manifiesto al servivio de la persona, trad. de J. D. G o n ­ zalo C am po s , Taurus, Madrid, 1965, p. 10. 36 ídem, o. c., p. 158. 37 Me remito aquí a lo escrito en mi estudio «Universalismo planetario en la filosofía de José Vasconcelos», en Cuadernos Salmantinos de Filosofía 9 (1982) 189- 199. Un anticipo de esta idea universalista en José Martí hace ver en un iluminado

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