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126 ENRIQUE RIVERA dad para dar cauce justo a sus mutuas relaciones, tanto de concor­ dia como de conflicto 19. Ante tan grato tema me permito hacer referencia a este recuer­ do personal. En mi visita al Palacio de la Sociedad de Naciones de Ginebra advertí que en sus paredes aparece la fachada de esta Uni­ versidad de Salamanca. Fue grande mi emoción cuando el inteligen­ te guía del grupo declara que la presencia de la Universidad de Sala­ manca era merecida, puesto que en aquella universidad se iniciaron los estudios y se formularon programas sobre la organización inter­ nacional de las naciones. Aludía, sin nombrarlos, a F. de Vitoria y a F. Suárez, a los que aquí terminamos de recordar. 3. IDEAS RECTORAS DE LA ÉTICA-POLÍTICA MODERNA Ante la imposibilidad de afrontar la enorme complejidad de la vida moderna, nos hemos atenido a las ideas prevalentes en la vida de las naciones: la razón d e Estado y el colon ialism o. La primera preside las relaciones —más bien luchas— de las naciones europe­ as; la segunda resume la actitud del eurocentrismo frente a los otros países del mundo. La primera de esta ideas es oriunda de Maquiavelo, al propo­ ner éste que II principe no ha de practicar otra moral que la de con­ solidar su poder y ampliarlo en lo posible, al margen de todo dicta­ men moral que no sea el oportunismo de cada hora. La fórmula «razón de Estado» se halla por primera vez F. Guicciardini, quien aplica el amoralismo maquiavélico a las concretas realidades políti­ cas. Fue el ex jesuita G. Botero quien popularizó la fórmula en su amplia obra Delia ragion d i S tato20. Es esta obra un compromiso 19 Sobre F. de Vitoria nos remitimos a nuestro estudio «Derechos humanos en F. de Vitoria: ¿naturales o personales?», en Cuadernos Salmantinos de Filosofía 20 (1993) 191-203. Sobre Suárez tocamos este tema en «El agustinismo político a la luz del con­ cepto de naturaleza», en Cuadernos Salmantinos de Filosofía VII (1980) 107-119. 20 G. B otf . r o , Della ragion di stato, 10 vols., Firenze 1589 (traducida al espa­ ñol en 1593). En este enmarque histórico J. L. A bellán ha podido justamente escri­ bir: «En Europa los nuevos pensadores, Maquiavelo, Bodin y Hobbes, principalmen­ te, van a poner las bases del estado absoluto regido por el consejo de “razón de

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