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DUNS ESCOTO: LOS OTOOS PROBLEMAS 103 dad y constancia con que sus discípulos y seguidores la defendie­ ron a atribuyeron al Doctor Sutil. LA CONCEPCIÓN ESCOTISTA DEL DEVENIR Con anterioridad al universo filosófico medieval, en la Grecia clásica, el problema del devenir tuvo gran importancia surgiendo, dentro de la multiplicidad de propuestas, las tres que pueden resu­ mir mejor esta aportación: la de Parménides y la escuela eleática, para quienes no es posible el devenir y, lo que es más, no existe; la de Heráclito, para el que todo deviene; y la de Aristóteles, que pro­ pugna una vía de conciliación entre ambas, indicando que el ser existe al tiempo que es posible. De las tres posturas la que mejor llegó a Escoto fue la de Aristóteles, pero ¿qué pensó de lo dicho por el Estagirita? Básicamente adopta y acepta su propuesta, desechan­ do las otras dos, aunque es claro que emprende algunas correccio­ nes y retoques que van a ser coherentes con todo su pensamiento y que le acercan al dicho escolástico de que todo lo que deviene, deviene por otro, a no ser que devenga por sí mismo, — «quidquid movetur ab alio movetur, nisi a se ipso moveatur »— . En un principio puedo inclinarme a pensar que Duns Escoto atribuye a este principio un valor ontològico absoluto. Si nos referi­ mos a la eficiencia en general, nos encontramos con el caso del -quidquid movetur ab alio movetur», pero con la salvedad de que se restringe la aplicación del principio en cuanto que se refiere al orden físico —y particularmente en lo que se refiere al devenir, en cuanto que puede significar diversos tipos de eficiencia—; el deve­ nir implica un problema básico que le viene parejo y que es el de la eficiencia y las causas eficientes a la hora de aplicarlos a los deve­ nires sustanciales (lo que lleva a la causalidad material, formal y final —así lo explica la teoría del hilemorfismo—). Pero podemos dejar de lado esa distinción entre devenir en lo accidental y en las sustancias para centrarnos en el devenir en su generalidad y, entonces, si podemos aceptar que todo lo que devie­ ne, deviene por otro. Es lo que Escoto defiende, por ejemplo, en De primo principio , pero con la salvedad de que cambia el quid- quid movetur ab alio movetur por quidquid effectibile, ab alio est

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