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112 MARIANO BRASA DÍEZ esta manera se indica que la univocidad del ser es puesta por el entendimiento agente como forma, de hecho, sobre una ratio que lo es así de derecho. Esta sola es la razón por la que el concepto de Ser rebasa el objeto de la experiencia del que es abstraído; reba- samiento que, puesto por el entendimiento, es aún objeto en el sen­ tido de que lo que se da en la experiencia, es lo que trasciende el modo concreto en el que se da el Ser. Así es cómo nos encontramos con una postura, en contraposi­ ción a la de Gilson, en la que lo que se plantea es que el objeto del entendimiento que lo mueve es la quiditas rei sensibilis. El entendi­ miento naturalmente supera esa quiditas rei sensibilis hacia la ratio entis que, aunque es objetiva, es captable por la naturaleza activa del entendimiento. Por esta razón el entendimiento se percata de su dimensión hacia todo Ser, al mismo tiempo que su dimensión de intuitividad; y, en definitiva, el hombre no necesita de la Revelación para ascender naturalmente al concepto de ser como objeto adecua­ do a su entendimiento. ¿Cómo podría llegarse a un punto en que se pueda solucionar esta patente divergencia interpretativa, a partir de los textos de Esco­ to? Un punto que resulta ser paso previo para esta solución lo encontramos en la idea que tiene Escoto sobre la inteligencia y los objetos de ésta. Para el Doctor Sutil el entendimiento es formalmen­ te capaz de todo el Ser (ya sea intensiva como extensivamente, aun­ que lo sea de modo diferente) y esto significa que el entendimiento puede llegar — ex ratione sui o ex ratione potentiae — a la entraña misma del Ser de cada ente creado, al mismo tiempo que puede lle­ gar a lo más profundo de todos o cada uno de los modos concretos en que se realiza el ser, por lo que es capaz, ex natura sua, de intuir la índole interna de toda esencia ut haec de lo que hay. La intuición es, por tanto, la dimensión más profunda y última de la inteligencia ex ratione. En el momento en que se da, sin más, la intuición lleva consi­ go la eliminación de todo objeto formal y de todo objeto común adecuado. Su objeto es la inteligibilidad total del ente concreto tal cual es su mismidad, y es por ello por lo que Escoto cree que para un entendimiento que sea sólo entendimiento o intuición, sobra toda intelección de la entitas de la esencia, al tiempo que ese enten­ dimiento sería infinito en todos los sentidos. Un entendimiento de

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