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DUNS ESCOTO: LOS OTROS PROBLEMAS 109 varios seres absolutamente necesarios. Pruebas todas ellas que se remiten a una conjunta y que es la de la unidad individual del infi­ nito, que queda demostrado como corolario de todas las anteriores. Puede establecerse dos clases de objeciones a la consideración de la unicidad de Dios: las que niegan la demostrabilidad racional y las que niega la unicidad de Dios. Las que niegan la demostrabilidad racional se fundan o bien en Maimónides, y por ella se relega la unicidad a las cosas creídas, o bien en la objeción de que la demostrabilidad de la unicidad de Dios implicaría el conocimiento de su singularidad, el conocimiento de su esencia singular. Para Escoto esto es una falacia de figura dic­ ción que pasa del objeto conocido al modo de conocerlo: una cosa es concebir un objeto singular y otra muy distinta concebirlo singu­ larmente (la esencia divina puede concebirse como objeto singular, pero sin la pretensión de que se la conozca de modo singular, como «esta esencia»). El resto de las objeciones se centran en la negación de la uni­ cidad de Dios. Algunas de ellas se basan en las Escrituras, donde se indica «hay muchos señores y muchos dioses», lo cual resulta falaz por completo, porque aquí se usa «dioses» por «ídolos». Otros remi­ ten a la objeción sofística por la que si decimos «Dios existe», se dice también «los dioses existen», porque, aunque difieran en el modo de significar, el plural y el singular significan lo mismo. La consecuen­ cia de esto no es válida, ya que al usar el plural «dioses» se incluye una contradicción, porque el modo de concebir repugna al objeto conocido. Otra de las objeciones es debida a la descripción que de Dios hace san Anselmo y que se formularía de la siguiente manera: «como Dios es el ser mayor que el cual no cabe concebir, los dioses son los seres mayores que los cuales no cabe concebir, por lo que existen». La respuesta del Doctor Sutil es similar al caso anterior, con la especificación de que un sujeto contradictorio no puede recibir ningún predicado verdadero. Por último nos encontramos con un tipo de objeción por el que se pretende probar la pluralidad de Dios partiendo de las exigencias del ser por participación: éste se reduce al ser por esencia, por lo que deben existir los dioses, ya que todo ser por esencia es Dios. La respuesta escotista es contundente: La proposición todo ser por participación (imperfecto) se reduce al ser por esencia (perfecto), se reduce a esta otra: todo lo imperfecto se

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