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LA COSMOLOGÍA BONAVENTURIANA: VISION FRANCISCANA... 75 2.2. La luz La teoría de la luz juega un papel de importancia en el pensa­ miento bonaventuriano. El cielo empíreo, todo luminoso, corres­ ponde en términos físicos a la realidad de la luz. La luz es la forma corpórea perfectísima que se configura como el principio originario de todas las formas corpóreas. Buenaventura conoce el pensamien­ to de Roberto Grosseteste, cuyo concepto central es el de la luz. Roberto Grosseteste desarrolla un tema ya clásico en la filoso­ fía medieval en la corriente neoplatónica; sus fuentes han de bus­ carse, por tanto, en Agustín, el Pseudo-Dionisio, el H exaem eron de san Benito y aun en el L iber d e Causis y el Fons Vitae de Avice- brón 15. A pesar de ser un tema tratado con anterioridad, el maestro oxionense ofrece, a partir del tema de la luz, una metafísica de la luz y el devenir en general. La luz es cuerpo, pero es tan sutil y tan fina que se encuentra entre la idealidad y la realidad. En De luce la luz es descrita como la p rim a fo rm a corporalis de la creación que se difunde en todas las direcciones hacia el extremo de los límites del universo, al principio del tiempo; una fuerza que de por sí se multiplica y se irradia. En realidad, es la perfección y el esplendor de todos los cuerpos: species et p erfectio corporum omnium. La realidad «luz» tiene varios planos de significación l6. Reco­ giendo la síntesis de Celina A. Lertora, «podemos decir que hay una relación entre materia/forma y potencia/acto (en términos aristotéli­ cos) y la teoría de la luz. Al principio se creó la primera forma en la materia, como luz. Por su infinita multiplicación, la luz se extiende a todas las esferas del mundo visible, generándolas (lo cual puede, ciertamente, considerarse un esbozo de teoría evolucionista). La materia, por su parte, no es pura potencia, como para Aristóteles, sino que tiene cierta actualidad, una actividad que al unirse a la 15 Cf. V. M ia ñ o , «La teoria della conoscenza in Roberto Grossetesta», en Gior­ nale di Metafisica, 9 (1954) 60-88. 16 Estos planos han sido estudiados de una manera detenida por S. Gieben y por E. Bettoni. Cf. S. Gieben, «Das Lich ais entelechia bei Robert Grosseteste», en La filosofía della natura nel Medioevo. Actas del tercer congrego internacional de Filo­ sofía Medieval, Milán, 1964, 372 ss.; E. Bettoni, «La formazione dell’universo nel pensiero dei Grossetesta», en Ib., 350-356.

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