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92 MANUEL LÁZARO PULIDO ponga de siete esferas parece responder a algo más que a un juego estético. Siguiendo a Hugo de San Víctor que afirma, como ya había­ mos señalado anteriormente que «el número cuatro responde al cuer­ po y el tres al espíritu»11, Buenaventura establece la comparación con el universo formado por tres cielos incorruptibles y cuatro elementos variables 72; de ahí parece colegir que exista una correspondencia, a su vez, entre el mundo interior (las facultades anímicas) y el mundo exterior (esferas celestes) de modo que «la esfera sideral es suscepti­ ble de recibir el alma vegetativa, la esfera cristalina, el alma sensiti­ va y la esfera empírea el alma racional»75. La recapitulación de las formas de los seres creados al hombre, y la significación de imagen como culmen de la significación del univer­ so, este doble movimiento del que hemos hablado, nos muestra una interrelación entre el «microcosmos» y el «macrocosmos» en el pensa­ miento bonaventuriano 74. En el Itinerarium, el autor franciscano nos muestra cómo el macrocosmos penetra en el microcosmos que so­ mos 75. Al decir de J. A. Merino, «el hombre y la naturaleza se armoni­ zan en un mismo proyecto teológico, cosmológico y hermenéutico»76. 3.3. A MODO DE CONCLUSIÓN. COSMOVISIÓN FRANCISCANA: EL HOMBRE CONTEMPLADOR DEL UNIVERSO Buenaventura, séptimo general de la Orden de Frailes Meno­ res, no se substraerá nunca de su vocación franciscana que le lleva 71 Hexaem., col. 16, n. 7: V , 404b: «El número ternario por el vínculo de la unidad media indisoluble es referido al alma, mientras que el número cuaternario, que tiene dos partes, y por esto es disoluble, pertenece de modo propio al cuerpo» (Hugo de S an V ícto r , Eruditio didascalia, PL 176, 1. 2, c. 5, 754). 72 Brevil., p. 2, c. 3, n. 5: V, 221a. 73 Hexaem., col. 16, p. 473 ed. BAC. 74 Este pensamiento nos recuerda al Vitorino Godofredo de San Víctor y su obra Microcosmus, en el que comentando alegóricamente la obra de la creación en seis días trata de aplicar al hombre microcosmos lo que es dicho del cosmos o macrocos­ mos. Al respecto, ver P. D elh aye , «Le microcosme de Godofroid de Saint-Victor et sa vitalité morale dans le macrocosme», en C. W enin (ed.), Ib., vol. 2, 769-775. 75 «Notandum igitur, quod iste mundus, qui dicitur macrocosmus, intra ad animam nostram, quae dicitur minor mundus...» (Ttin., c. 2, n. 2: V, 300a). 76 J. A. M erin o , o . c ., 61.

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