PS_NyG_1997v044n001p0067_0095

LA COSMOLOGÍA BONAVENTURIANA: VISION FRANCISCANA.. 79 gio, imagen y semejanza, encuentra su reflejo en la disposición del cosmos y del mundo físico del cual hemos leído dicha graduación. «Todo el mundo sensible ha sido constituido, dice Buenaventura, en su integridad, distintamente, perfectamente y con orden»2Ó, este orden «representa el principio»27. En el orden jerárquico del mundo físico que nos muestra al Creador, podemos leer el orden de signifi­ cación metafísica de los seres creaturales, en las que vestigio, ima­ gen y semejanza indican categorías distintas de ser dentro del orden creado y, por ello, tres modos de relación a Dios 28. Vemos, pues, una lectura teológica del concepto que, también, conoce una valencia filosófica, propia del ejemplarismo, que puede ser considerado como la conclusión racional de una lectura del mundo en clave religiosa. Los grados que encontramos en el mode­ lo cosmológico, muestran los grados de expresión que, al fin, indi­ can grados de relación con Dios. El mismo concepto de libro, apli­ cado al mundo, configura la realidad creada como una realidad significativa. La rerum universitas es camino hacia Dios 29, huella y sombra de la realidad fundante y ejemplarizante 30. 2 . 4 . L a NATURALEZA CREATURAL EN LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN Hemos visto cómo la naturaleza, y también su descripción cos­ mológica, constituían el «libro de la naturaleza», que nos mostraba la realidad corporal en su estructura metafísica como acto creador. Recor­ demos cómo a esta lectura había que añadirle la lectura del «libro de la Sagrada Escritura» que subrayaba el aspecto reparador de la natura­ leza corporal. Y es que el universo, creado por Dios de la nada, ha sido dispuesto por Él en un orden tanto en el espacio como en el tiem­ po. Ante esta perspectiva es lógica la reacción de Buenaventura frente 26 Brevil., p. 2, c. 3: V, 220b. 27 Ib., p. 2, c. 3: V, 221a. 28 «La creatura dice referencia a Dios como vestigio, imagen y semejanza. En cuanto vestigio, la creatura se relaciona con Dios como principio; en cuanto ima­ gen, como con su objeto; en cuanto semejanza,como don infuso» (Scien. Chris., q. 4, conci. V, 24a, trad. BAC). 29 Cf. Itin., c. 3, nn. 1-2: V, 303a-304a; c. 1, n. 9: V,298a-b. 30 Cf. I Sent., d. 28, a. 1, q. 1 in conci.: I, 496a.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz