PS_NyG_1997v044n001p0067_0095

LA COSMOLOGÍA BONAVENTURIANA: VISIÓN FRANCISCANA... 77 una doctrina física, la de la luz, que dispone para sí y que es el refle­ jo físico de una metafísica y una epistemología propias, la de la ilu­ minación. La naturaleza física constituye el refrendo palpable de la especulación metafísica ejemplarista, si es mucho decir que la confir­ ma, sí nos atrevemos a decir que la visualiza. 2 . 3 . E l marco de la comprensión creatural La disposición de los cielos, planetas y los elementos que los componen nos muestran una determinada jerarquía entre los seres creaturales. Dentro de los elementos y los cielos, podemos ver que entre éstos hay relación y puntos comunes. Así, la distinta participa­ ción de luz marca una diferencia. Recordemos la existencia de tres cielos, entre los cuales, uno es enteramente luminoso: se trata del cielo empíreo; un segundo claro, que denominamos cristalino, y un tercero luminoso y claro, que tiene por nombre firmamento. Esta disposición diferente abre en Buenaventura una reflexión posterior. Así, en el primer capítulo de la segunda parte del Breviloquium, Buenaventura afirma cómo la disposición de este modelo cosmoló­ gico muestra el esquema filosófico y teológico al que él se adscribe: «En un cierto peso, número y medida, mostramos que la crea- tura es la obra de la Trinidad bajo una triple causalidad: eficiente, por la que la unidad, el modo y la medida existen en la creatura; ejemplar, por la que en la creatura están la verdad, la especie y el número; fnal, por la que encontramos bondad, orden y peso en la creatura»22. Esta afirmación parece confirmar que Buenaventura está más interesado en la trascendencia significativa del cosmos que en su descripción misma. El modelo cosmológico implica una significación y una grada­ ción integradas en el esquema metafísico ejemplarista. Buenaventu­ ra tiene delante de él un concepto desarrollado con anterioridad por Hugo de San Víctor para interpretar el mundo sensible: el concepto 22 Brevil., p. 2, c. 1: V, 219a.