PS_NyG_1997v044n001p0043_0065

NATURALEZA Y GRACIA. EL PECADO ORIGINAL. EL SOBRENATURAL 47 na del siglo v no estaba preparada para hablar de la teología del sobrenatural. Esta teología sólo pudo desarrollarse desde el xiii hasta nuestros días. Desde la teología del sobrenatural hay que buscar la razón profunda tanto de la impotencia soteriológica del hombre como de la gracia del Salvador. Del sobrenatural trata la última parte del libro de AV, y tratará nuestro comentario. Nuestra propuesta podrá ser más aceptable, al menos para los conocedores de la teología del sobrenatural. Las diversas posturas sobre la necesidad del Salvador, las conocidas en su tiempo las tipi­ fica el Doctor de la gracia de esta forma: «Escucha brevemente de qué se trata en nuestra discusión: Los católicos dicen que el Dios bueno y creador hizo buena la naturaleza humana. Pero que viciada ésta por el pecado, tiene necesidad de Cristo, médico. Los maniqueos dicen que la naturaleza humana no ha sido creada por el Dios bueno ni viciada por el pecado, sino que el hombre ha sido creado por el principio de las eternas tinieblas de la mezcolanza de dos naturalezas, una buena y otra mala. Los pelagianos y celestinianos afirman que la naturaleza humana fu e creada buena por Dios, pero que es de tal modo sana en los recién nacidos que en aquella edad no necesitan de la medicina de Cristo»A. Pero existe otra cuarta opción: Los católicos de finales del siglo xx dicen: Dios crea sana, inco­ rrupta la naturaleza hum'ana y así la recibe cada hombre al nacer. Y, sin embargo, tiene absoluta incapacidad para salvarse por sí mismo y necesita en absoluto del Salvador. Ya hemos indicado la explica­ ción. Aunque no haya entrado en la situación de pecador, pero ya con anterioridad por su condición creatural y finita le impide llegar a la participación de la vida del Infinito. En la cual, sin embargo, está su única salvación y felicidad. 4 De nuptiis et concupistentia III, 3, 9: PL 44, 441. Recoge también este texto AV, p. 47.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz