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62 ALEJANDRO VILLALMONTE Pero al propio tiempo se percibe con nitidez que tan solemne doctrina, en última instancia, no pasa de ser una enseñanza subsidia­ ria, concomitante, ancilar en orden a salvaguardar doctrinas cristianas de mayor enjundia, de importancia de verdad decisiva para nuestra ortodoxia y que voy a resumir en otra fórmula también de origen agustiniano. San Agustín defiende el pecado original bajo la consigna Ne evacuatur Crux Christi!: para salvaguardar la eficacia de la acción redentora de Cristo. Por tanto, si, por hipótesis, la Cruz de Cristo puede ser defendida por otros caminos que no fuesen señalados por la doctrina del pecado original, habría que seguir otra consigna tam­ bién agustiniana: Dummodo Redemptio cla rea t pericu lum non est!: mientras quede clara la redención de Cristo —su necesidad absolu­ ta— no hay peligro en dejar de lado la teoría del pecado original y la función de ayuda de costa que esta teoría ha prestado al dogma de la redención durante siglos. Aclaramos esta idea. Cuatro son los motivos/razones por los cuales san Agustín «inventó» y cultivó, con amplitud y tenacidad, la teoría del pecado original14. — Motivo d e teodicea: recurre a la caída originaria para «justifi­ car» el hecho de que, a su modo de ver, la inmensa mayoría de la humanidad es juzgada por Dios digna de condenación eterna. Es que, explica, por el pecado de Adán toda humanidad se tornó «masa de pecado - masa de perdición», según tremendas frases agustinianas. — Para explicar «dura necesidad de pecar (= p e c c a n d i du ra necessitas)», que abruma a la humanidad histórica. Se debe, dice, a que por el enorme, primordial pecado del padre Adán, la libido/con­ cupiscencia humana se desenfrenó y se tornó irresistible para el hombre caído. hombres consiste propiamente la fe cristiana». Gracia de Cristo y pecado original II, 24, 28; PL 44, 398. 14 He dedicado varios artículos al estudio del pecado original en san Agustín: El pecado original, cit. en nt. 6. Ver índice. El pecado original en la polémica Agus- tín-Juliano de Eclana, en La Ciudad de Dios 200 (1987) 365-409; El problema del mal y el pecado original en san Agustín, en Naturaleza y Gracia 38 (1991) 235- 263; * Miseria * humana y pecado original: un gran tema agustiniano, en Revista Agustiniana 33 (1992) 111-152. Allí hay comprobantes de las afirmaciones rápidas que aquí hacemos.

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