PS_NyG_1997v044n001p0043_0065

NATURALEZA Y GRACIA. EL PECADO ORIGINAL. EL SOBRENATURAL 6l 4. La teología del sobrenatural «versus» teoría del pecado origi­ nal .—Con todas las cautelas que acabamos de mencionar, me permito seguir usando la palabra «sobrenatural». Y propongo en este apartado que la aceptación de la teología del sobrenatural, tal como la exponen De Lubac y AV, y la tradición escotista que nosotros aceptamos impli­ ca, si se cultiva en sus lógicas, inevitables consecuencias, somete a cri­ sis mortal a la teoría del pecado original, tal como se viene defendien­ do por la teología occidental desde los tiempos de san Agustín. Podría parecer que traemos desde muy lejos la relación entra ambas magnitudes o teorías teológicas. Espero poder mostrar que no es así. La teología del sobrenatural es, desde el siglo x i i i , un tema de primera importancia en la caritología católica, y en todo el sistema católico de creencias. También es un hecho histórico claro y seguro que la doctrina del pecado original ha influenciado decisivamente las reflexiones que los teólogos occidentales han realizado, durante siglos, en torno a la gracia. Si a las reflexiones del Doctor de Hipona sobre la naturaleza-gracia le quitamos la concomitante para él valiosí­ sima e irrenunciable doctrina del pecado original, toda la antropolo­ gía (concepto de naturaleza), la caritología (concepto de gracia) y la hamartiología (concepto pecado) sufren una transformación de claras y hondas consecuencias. Esta afirmación cobra más firmeza si la refe­ rimos a los fidelísimos agustinianos Bayo y Jansenio. El propio AV advierte de esta presencia tenaz de la teoría del pecado original en toda su obra, sobre la naturaleza y la gracia, de dichos autores. El tema tiene numerosas aplicaciones e implicaciones en los campos de la teología, como acabo de mencionar. Y también en el de la soteriología. Por eso, voy a explicar mi opinión en forma esquemática. Moviéndome siempre dentro del campo de una «qua- estio disputata», que trabaja en la «cuestión» del sobrenatural y con la «cuestión» del pecado original. Para que el que conozca a fondo y de primera mano la ense­ ñanza de san Agustín sobre el pecado original observará esto: por una parte, al menos en los últimos cuarenta años de su actividad literaria, el pecado original es omnipresente. No duda en afirmarlo como algo consustancial a su visión del cristianismo 13. 13 Agustín hace de su cristianismo la doctrina de los Adanes: por uno engen­ drados por la muerte, en el otro para la vida... «en la cuestión digo de estos dos

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz