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RECEPCIÓN DE LA «ORDINATIO SACERDOTALIS» 31 3. La mujer puede ejercer muchos ministerios y muchas fun ciones distintas del ministerio ordenado. En este ámbito pueden y deben abrirse nuevas posibilidades de participación de la mujer en las tareas eclesiales. Hasta aquí todos podemos estar de acuerdo. 4. A mi juicio, las mujeres también han ejercido durante siglos el ministerio ordenado del diaconado. Debería restablecerse cuanto antes dicho ministerio en forma adecuada a las necesidades pasto rales de nuestro tiempo. Este punto no puede suscitar ninguna objección dogmática. Otra cosa es si se juzga o no oportuno tal res tablecimiento 42. 5. Si en estos principios todos podemos estar de acuerdo, pienso igualmente que todos deberían reconocer honestamente que excluir de un modo expreso a más de la mitad de los bautizados y a los miembros más activos de la Iglesia católica del ministerio sacer dotal sólo por razón del sexo constituye una discriminación intole rable en nuestros días. En esto hay que ser honrados y sinceros, y no tratar de endulzar esta píldora amarga con el ejemplo de María, la Madre de Jesús, o con el ejemplo de otras mujeres que han pres tado y siguen prestando grandes servicios a la Iglesia sin ser sacer dotes. 6. Esta exclusión sólo podría justificarse si obedeciera a una expresa voluntad de Cristo o a un designio divino para su Iglesia, como afirma Pablo VI y repite la OS, n. 1. Pero esto no se puede probar. Veinte años de estudio no han podido convencer ni a los teólogos ni a los biblistas de que sea expresa voluntad de Cristo excluir a las mujeres del ministerio ordenado. Los ministerio.s los ha creado la Iglesia según las nece sidades de los tiempos y según la cultura de la época. Han cam biado y siguen cambiando. Quien estudie un poco la historia del sacramento del Orden se encontrará con que las opiniones más diversas y contradictorias se atribuyen a expresa voluntad de Cris to. Es un argumento muy cómodo para dar autoridad a su propia opinión. 42 Cf. D. F e rn á n d e z , «La ordenación de las diaconisas», en Proyección 42 (1995) 111 - 12 6 .
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