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458 LOURDES GROSSO GARCÍA Precisamente en nuestro momento presente el cometido pro fètico de la vida consagrada se encuentra con tres desafíos princi pales que atañen directamente a los consejos evangélicos 14: la pro vocación de la cultura hedonística que deslinda la sexualidad de cualquier norma moral objetiva... a lo que la vida consagrada res ponde con la práctica gozosa de la castidad perfecta; la pro vocación del materialismo ávido de poseer, desinteresado de las exigencias de los más débiles y del equilibrio de los recursos natu rales... la respuesta de la vida consagrada es la profesión de la pobreza evangélica y un compromiso activo en la promoción de la solidaridad y de la caridad; la provocación que proviene de las concepciones de libertad que prescinden de su relación constitu tiva con la verdad y con la norma moral... a ello la vida consagra da responde con la práctica de la obediencia, manifestada en una conciencia filial que desea asumir la voluntad del Padre como ali mento cotidiano. El camino profètico, trazado en esta forma de vivir la perfección de la caridad, se transforma, en virtud de la sobrenatural atención a lo divino, en un esquema de unidades lógicas que comportan al religioso un estilo personal de comunicar su mística experiencia con sistente en las sucesivas incrementaciones de las gracias funcionales que adornan el alma en estado de gracia santificante. Estas gracias funcionales, que son las llamadas virtudes, bienaventuranzas y los dones del Espíritu Santo, se resuelven en la unión de amor de la cual quien la posee es testigo existencial ante la humanidad: «El reli gioso, llegado a su plena madurez, es la encarnación del amor infi nito del Padre, en el cual puede prolongar Jesús su propio misterio de Encarnación, siendo testigo existencial de las maravillas de Dios ante sus hermanos»15. tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos, y ven y sígueme» (Mt 19,21). La elección del nombre «sacrales» no podía ser más precisa por cuanto que cada uno de los consejos evangélicos denuncia la habitual acción sacral del espíritu o consagración de algo que, más que «mejor que su contrario» como tradi cionalmente se define el voto, es, más bien, consagración de lo mejor que, en esta vida, posee el ser humano: toda su libertad, toda su sexualidad, todo su bien propio. 14 Cf. Vita Consecrata, 88-91. 15 María Victoria G ó m ez d e M orales , O.SS.R., El religioso, testigo de las mara villas de Dios entre sus hermanos, en Vida Religiosa, 304 (1976), p. 96. Cf. Vita
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