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464 LOURDES GROSSO GARCÍA modo, hará que todas las admirables revelaciones de hechos posi­ bles para Dios e imposibles para el hombre, en orden a la econo­ mía de la salvación de la humanidad a través de los tiempos, sean sobrenaturalmente posibles para aquellos que le ofrecen única moneda: amarle con todo el corazón, con toda la mente, con toda la fantasía, con todas las fuerzas (cf. Me 12,30...). La fuerza de las instituciones religiosas está, evidentemente, en su carácter profètico, comunitario y personal, que si no es intensivo y difusivo dentro de las propias comunidades religiosas sólo podrá proporcionar alarmante esterilidad a la misión evangelizadora que es uno de los imperativos de la vida consagrada: «Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda criatura» (Me 16,15). Lourdes G r o sso G arcía Misionera Idente

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