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PRELIMINARES METAFÍSICOS PARA UNA CONCEPCIÓN. 439 Es la huella del Amado, que pasa, en expresión de san Juan de la Cruz, derramando hermosura. Mil gracias derramando, pasó por estos sotos con presura, y yéndolos mirando, con sola su figura vestidos los dejó de hermosura 55. Hermosura que es su presencia en la misma alma como el tú a quien reclama nuestro diálogo, como el yo+ de quien precisa cons­ titutivamente nuestra persona. Tú eres, oh Amado, la respuesta a mi búsqueda inmarchita, el arra que corona el altar de mi ofrenda gene­ rosa. Ven tú mismo a saciar la sed que has encendido, con la pre­ sencia de tu persona en mi persona, desde el ancestro de mi crea­ ción; ven y deposita tu verdad en mi pensamiento, que yo creo en ti y te proclamaré como principio de mis días y mi aliento. ¡Ay, quién podrá sanarme! Acaba de entregarte ya de vero; no quieras enviarme de hoy más ya mensajero, que no saben decirme lo que quiero56. Y es para el filósofo cristiano el propio Yaveh quien se acerca descubriéndonos aquella esencialidad que nos hace «linaje elegido», «linaje de Dios»: Hagam os a l h om bre a nuestra imagen y sem ejan ­ z a (Gn 1,26). La interpretación de F. Rielo es clara: «Los conceptos de “imagen” y “semejanza” tienen para mí el significado ontologico de esta divina presencia constitutiva del balbuceo místico, extensivo a todos y cada uno de los seres humanos, que está pre­ sente en todo el acervo cultural que signa a la historia y su filosofía. El específico de esta signación reside en que el sujeto humano es un ontológico que sólo puede ser definido por el metafísico sujeto absoluto». Formación cultural de la filosofía, o. c. (en imprenta). 55 Cántico Espiritual, 5. 56 Ibid., 6

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