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vital le es a la persona su espíritu que su razón, siendo aquél y no ésta quien es raíz de nuestras acciones y de nuestras ideas. Indagar esta raíz, desvelarla, ha sido y es ocupación de las men­ tes hispanas más activas, desde Séneca a Zubiri. Rielo se une a esta tradición aportando una concepción mística relativa a la metafísica de la persona: «No podemos recurrir, para el logro de este propósito, a una antropología filosófica debido a que la persona humana, dentro de esta estricta perspectiva, ha sido constreñida a alguno de sus aspectos, cercenando no sólo otros valores fundamentales que constituyen su visión integral, sino lo que le es más importante: la mística trascendencia que la define»48. Introducir la palabra mística aquí, como aproximación al len­ guaje genético del autor, es acercar conceptualmente la trascen­ dencia al ser, tanto en su constitución metafísica como en su pro­ yección vital. «Se requiere, para definir al ser humano, una antropología mística formada por una metafísica teológica, que, rompiendo a priori el seudoprincipio de identidad, descubra al hombre que no puede ir más lejos porque le propone la más elevada respuesta de sí mismo. Esta definición comporta al ser humano el hecho primordial de transcenderse a sí mismo porque tiene un punto de partida que consiste en que sabe quién es, de tal modo que en su esfuerzo, cualquiera que sea su objeto, observa que librarlo merece la pena, entendiendo, al mismo tiempo, que, dentro del marco dramático de la vida con su inevitable temporalidad, está llamado a una forma de subsistir»49. Si la metafísica se mueve en el campo de lo teórico, la mística lo hace en el de lo real. En metafísica genética, esto es, desde la concepción genética de la metafísica que investiga Rielo, la persona humana halla su definición precisamente en su dimensión mística PRELIMINARES METAFÍSICOS PARA UNA CONCEPCIÓN... 435 48 F. R ielo , La persona no es ser para sí..., o. c., p. 93. 49 Ibid., p. 95.

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