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PRELIMINARES METAFÍSICOS PARA UNA CONCEPCIÓN.. 423 La metafísica cristiana fundada por Cristo, que denominamos genética o pura, tiene como lenguaje precisamente la definición y como objeto la concepción genética dentro del ser del principio de relación21. No hay precedentes históricos del lenguaje metafísico de Cristo. Por su originalidad, su único precedente subyace en la Revelación 22. Ello no impide que sus discípulos utilicen con liber­ tad, en virtud de su abolengo histórico, algunos términos metafísi- cos, pero con variación en su significado, consecuentes con el modelo genético propuesto 23. La revelación que acomete Cristo de sí mismo como verdad, modelo para la metafísica, se complementa también con la que hace sobre su aplicabilidad para la religión: Creed por las obras , aunque a Mí no me creáis24. La mayor de ellas: su propia resu­ rrección; de no haber sucedido nos obligaría a seguir esperando su Mesianismo, ya que en ese caso la Verdad del Padre profetiza­ da en el AT no tendría encarnación 25. Históricamente, los hechos nos indican que sólo la manifestación religiosa de Cristo ha sido acogida como válida por la Humanidad, no obstante constituir su pensamiento metafísico el basamento de la completitud revelativa de su persona. Ello tiene un correlato vital importante, como seña­ la F. Rielo: «Esta apelación a ser reconocido por medio de sus obras, cuando no puede serlo por penetración metafísica de la revela­ ción, equivale a establecer una filosofía de la vida que, subsidia­ ria de la metafísica, oriente, en cierta medida, a la persona huma­ na: el personalismo biográfico. El Maestro les trazó un camino que se inscribe en un criterio universal: cuando no se puede creer por medio del pensamiento, puede hacerse por medio de la bondad de una conducta-26. 21 Ibid., p. 73. 22 Ibid., p. 72. 23 Ibid., p. 93. 24 Jn 10,38. Cf. F. Rielo, Hacia una nueva concepción metafísica del ser, en ¿Existe una Filosofía Española?, FFR, Sevilla 1988, p. 138. 25 Ibid. 26 F. R ielo , Introducción a mi pensamiento. Obra inédita. Cf. J. M. L ó pez S evi ­ llano , La metafísica pura en Femando Rielo, o. c., p. 197.