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EL VESTIDO DEL CRISTIANO 391 — Vestios del hombre nuevo (Éf 4,24): es decir, del nuevo «yo» que surge en el creyente gracias a la acción del Espíritu que renue­ va en él la imagen del Dios creador y la perfecciona con la de Cris­ to redentor, que es la verdadera imagen de Dios. Esto le impone la exigencia de una conducta moral al nivel de su dignidad. — Vestios las armas de la luz (Rom 13,12): mediante la metá­ fora «día-noche, luz-tinieblas», que significan el mundo divino y el antidivino, respectivamente, el apóstol acentúa la tensión escatológi- ca del momento presente, que es el que toca vivir a cada cristiano. La luz y las tinieblas son presentadas como dos mundos o poderes cuya eficacia se halla condicionada por la actitud que el hombre tome ante ellos. Nos hallamos trasladados, de este modo, al terreno moral. Los cristianos son hijos de la luz y del día (ITes 5,4-5). Por eso, el Día, la Luz, está siempre presente. Para ellos, la Luz, el Día, es cualquier día. Las armas que deben empuñar simbolizan todo aquello que, desde el punto de vista ético-moral, se halla exigido por la Luz o por el Día, es decir, todo su hacer y quehacer5. — Vestios con toda la armadura de Dios (Éf 6,11.14): para vencer en la lucha contra el Mal, el creyente debe «vestirse» o empu­ ñar la «armadura de Dios», para cuya descripción el autor se inspira en la armadura del soldado romano. Las principales piezas de la misma eran el peto, que es la justicia y pueden ser la fe y la cari­ dad (ITes 5,8; texto que citaremos a continuación); el escudo, que alude a la adhesión a Cristo y a su enseñanza; el yelmo de la salva­ ción o de la confianza ante el peligro, frente al cual uno protege instintivamente la cabeza; la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (ITes 2,13) 6. — Revestios de la coraza de la f e y de la caridad y del yelmo de la esperanza de la salvación (ITes 5,8): remitimos a lo dicho a propósito del texto anterior 1. El texto que mejor sintetiza los dos aspectos — la realización personal de la obra ya realizada por Dios o por Cristo en el creyen­ te— es el siguiente: 5 F. F. Ramos, La luz del mundo, en Studium Legionense, 1993, pp. 41-42. 6 D. J. Leahy, Epístola a los Efesios, en Verbum Dei, IV, Herder, 1959, p. 288. 7 H. Paulsen, art. cit. en EWzNT, I, p. 1104.

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