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400 FELIPE F. RAMOS da. El hombre no hereda un «cuerpo de pecado»; sin embargo, puede convertirse en pecador, en cuerpo de pecado; puede pres­ cindir de la «imagen de Dios» que lleva impresa en su ser y crearse la suya propia. El hombre nuevo o la nueva naturaleza no es una realidad está­ tica; tiene que estar renovándose continuamente. Como ocurre con el cuerpo humano. El hombre «nuevo», en cuanto tal, no puede enveje­ cer o decaer. Tiene que reflejar, con mayor perfección cada día, la imagen del Creador. Creado a imagen de Dios, ésta debe hacerse más visible gracias a la verdadera imagen de Dios que le es dada en Cristo. Reflejará con tanta mayor perfección la imagen de Dios, que lleva impresa en su ser, en la medida en que responda a la acción de Dios con una fe más profunda y madura. La fe es el «conocimiento» renovador y restaurador de la imagen impresa por Dios en é l 15. 2.5. Cuando Pablo utiliza la figura de Adán lo hace siempre en contrapunto: no para ensalzar o rebajar su categoría y dignidad personales, sino desde su condición de iniciador de la humanidad. Esta singularidad (justificada desde convicciones epocales o coyun- turales) le convierte en ejemplo-paradigma para hablar del iniciador de la nueva humanidad. Es la nueva creación la que le interesa. Es ella la que puede plenificar al hombre haciéndole participar de la nueva creación, de la gloria-doxa, de la imagen de Dios perfeccio­ nada en Cristo, y asequible al hombre por su acción salvífica. Éste es su verdadero centro de gravedad. Lo afirmado o aludido sobre la primera creación se halla relativizado y puesto al servicio de lo que afirma de la re-creación o de la obra de Cristo. De lo contrario segui­ ría siendo judío, no cristiano. 2.6. El apóstol tiene como objetivo supremo para los creyentes que lleguen a reproducir en su vida la imagen del (hombre) celes­ tial, del segundo Adán, retrato perfecto de la imagen de Dios, que es Cristo (ICor 15,49). Afortunadamente en nuestro texto (Col 3,10) esta realidad se halla también formulada de oteo modo: «Cristo es todo en todos» (panta k a i en pasin Xristós). Y esta fórmula significa «revestirse del hombre nuevo según la imagen de su Creador» ( k a f eikón a tou ktísantos autón). El texto de Colosenses, particularmente 15 F. W. B ear - G. P. M c L eod , Colossians, en Interpreter’s Bible, XI, p. 216.

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