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EL VESTIDO DEL CRISTIANO 397 y una determinación divina que lo corruptible «se vista» de incorrup­ ción y lo mortal «se revista» de inmortalidad. Pablo utiliza la antigua imagen del «revestimiento» con un cuerpo celeste y de la destruc­ ción del cuerpo terrestre: *Mientras moramos en esta tienda , gemimos oprimidos, por cuanto no queremos ser desnudados, sino sobrevestidos, para que nuestra mortalidad sea absorbida por la vida» (2Cor 5,4). Pablo se mueve en el contexto cultural del judaismo tardío, que describía la esperanza final como un revestimiento con las «ves­ tiduras de la gloria o de la vida», con las cuales serían vestidos los justos después de la resurrección. Así visten los que han llegado hasta el cielo, hasta el trono de Dios, los mártires, los que vienen de la gran tribulación (Apoc 7,13-14); así viste también el Señor de la gloria (Apoc 1,13); así visten los ángeles que Él envía a la tierra (Apoc 15,6). La resurrección de los muertos y el revestimiento final o la transfiguración y forma nueva de vida designan el mismo aconte­ cimiento misterioso. Es la derrota final de la muerte, el enemigo últi­ mo del hombre: «El último enemigo reducido a la nada será la muerte» (ICor 15,26). Es la victoria de Dios sobre la muerte, a la que destruye: Dios que es la vida, destruye a su adversario máximo, que es la muerte Precisamente por eso, porque Dios es un «Dios de vivos» (Me 12,27), concede su vida a los que confiaron en Él. No puede abandonarlos en el momento en que más le necesitan. Éste es el mensaje esencial del texto famoso citado más arriba (ICor 15,51-56). Y este pensa­ miento central lo expone el apóstol con la imaginería frondosa pro­ cedente de la apocalíptica y con las correspondientes convicciones de la apertura de los sepulcros al final de los tiempos, de que no todos moriremos... Todo un andamiaje puesto al servicio de la cons­ trucción del edificio, que es lo esencial: la transformación-metamcr- fosis del creyente que participará plenamente en la vida de Dios en la medida que le es dado a un ser finito como el hombre.