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UNIDAD Y REFLEXIÓN 351 Con otras palabras: el entendimiento, en su dimensión entitati- va, es ser sin duda, pero en cuanto entendimiento, es decir, bajo el aspecto formal de la acción intelectiva, es nada, al menos en cuanto que la nada es un contraconcepto del ser. Si el «intellectus» tiene la capacidad de objetivar el ente en su tota­ lidad y de distanciarse así de él, también por consiguiente de sí mismo, en cuanto que se puede convertir a sí mismo en objeto de reflexión, es claro que el entendimiento es formalmente nada. Y habría que aña­ dir: tanto más nada, si cabe, cuanto más puro es el entender. En este sentido sería preciso concluir, aunque Eckhart no lo diga, que el entendimiento absoluto es la nada absoluta, es decir, la nada de la totalidad del ente y, como contrapartida, la pura y estricta intelectualidad. Agudamente hace derivar Eckhart esta idea del libro III del De an im a , en que se afirma que el entendimiento no es nada de aquellas cosas que entiende y que no está en modo alguno mez­ clado con ellas, «no teniendo con ninguna nada en común» (LW V, 50,1 ss.; cf. De an im a , III, c. 4, 429 a 24; 429b, 23). Es obvio que, si el entendimiento está abierto al ser, no es ni puede ser nada del ser mismo. Ha de ser, pues, la nada. Sin duda está gravitando en el contexto la idea aristotélica de que Dios es la inteligencia que se entiende a sí misma. Pero Aristóteles no sacó, ni podía sacar tal vez, la consecuencia de que tal inteligencia es la nada. Tuvo más bien que atenerse a la idea de que la inteligencia representa el grado supremo del ser, no siendo pensable fuera del ser mismo, puesto que la inteligencia y el entender son lo que son. Lo que facilita las cosas al M. Eckhart es el nominalismo que entonces avanzaba ya sus posiciones. Lo que esta corriente significa encuentra en él una formulación muy depurada: para afianzar la idea de que la acción de entender no es un ente, da por supuesto que «lo universal no es ente»: «... lo universal no es ente. Ahora bien, lo universal se hace por el entender. Luego tampoco el entender, por el que se hace el universal, será ente»57. 57 «... universale non est ens. Universale autem fit per intelligere. Ergo nec intelligere, per quod fit universale, erit ens» (LW V, 53,14 s.).

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