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UNIDAD Y REFLEXIÓN 337 ¿Cómo, si el ser no es distinto de nada, puede algo ser distinto del ser? ¿No se fuerza en este caso el lenguaje más allá de lo que es posible? 20. LA INDISTICIÓN COMO RAÍZ DE LA SEMEJANZA Y DE LA DESEMEJANZA ENTRE DIOS Y LAS CRIATURAS Al comentar Ex 20,4: «Ñeque omnem similitudinem, quae est in cáelo desuper et quae in térra deorsum», Eckhart tiene en cuenta simultáneamente la otra afirmación: «faciamus hominem ad imagi- nem et similitudinem nostram» de Gen 1, así como la de lloh 3: «símiles ei erimus et videbimus eum sicuti est»M. ¿Cómo se concilia la doble afirmación de la semejanza y de la desemejanza? En un intento de aclararlo, afirma la triple tesis: «Es preciso saber, por tanto, que nada es tan desemejante como el creador y cualquier criatura. A su vez, y en segundo lugar, nada es tan semejante como el creador y cualquier creatura. Pero, además, en tercer lugar, nada es simultáneamente tan desemejante y tan semejante a cualquier otra cosa como desemejante y seme­ jante simultáneamente son Dios y cualquier criatura»35. En cuanto al primer punto, la disimilitud entre Dios y las cria­ turas, no parece haber dificultad alguna. Si Dios es lo indistinto y las cosas creadas lo distinto, es obvio que entre lo uno y lo otro existe la máxima diferencia. Al hablar de indistinción en este contexto, no se piensa nece­ sariamente en la relación entre Dios y las criaturas (en el sentido concreto de que tal relación no debe interpretarse en términos de «distinción»), sino en el concepto formal de indistinción. 34 «No te harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay en lo alto de los cielos ni de lo que hay abajo sobre la tierra». «Hagamos al hombre a imagen y seme­ janza nuestra». «Seremos semejantes a Él y le veremos tal como es». 35 «Sciendum ergo quod nihil tam dissimile quam creator et quaelibet creatura. Rursus secundo nihil tam simile quam creator et creatura quaelibet. Adhuc autem tertio nihil tam dissimile pariter et simile alteri cuiquam, quam deus et creatura quaelibet sunt et dissimilia et similia pariter» (LW II, 110,3-6).

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