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UNIDAD Y REFLEXIÓN 325 Por último, la unidad se relaciona explícitamente con la «reditio completa», sin que se diga concretamente cuál de los dos conceptos es el fundamento del otro. Podrían mencionarse otras ideas de carácter general, pero irán apareciendo a lo largo del comentario. 13. REFLEXIÓN SOBRE LA VERDAD Entrando ya más directamente en el tema, se advierte que Eck- hart sigue un método que va, podríamos decir, de lo abstracto a lo concreto. Comienza, en efecto, con una definición general de verdad, que parece aplicable sin más a los diferentes casos de verdad, sin nin­ gún tipo de distinción: «La verdad de una proposición afirmativa consiste, en general, en la identidad de los términos, mientras que la verdad de una proposición negativa consiste en la alteridad y dis­ tinción de los términos» (LW II, 75,16-76,1), citando como confirma­ ción el texto de la Metafísica de Aristóteles. A tenor de esta noción general, tan verdadero es decir que «todo lo que es oro es verdadero oro», como decir que «lo que no es verdadero oro, no es oro»; tan verdadero es decir que «el ser es el ser» como que «el no ser no es el ser», o decir que «Dios es el ser» y que «no es el no ser»; que «el animal es animal» y que «no es lo distinto del animal», que «el león es animal» y que «no es una plan­ ta», etc. A primera vista, la noción de verdad se salva en cada enuncia­ do en el mismo grado. Tan verdadero es lo uno como lo otro: el enunciado afirmativo como el negativo, los que se refieren a Dios como los que se refieren a las cosas; los que tienen un sujeto y un predicado universales, p. ej.: «el animal es animal», «el ser es el ser», como los que tienen un sujeto singular y un predicado universal, p. ej.: «el león es animal» o «Dios es el ser»; verdaderos son, igual­ mente, los que tienen como predicado el ser y los que tienen otro predicado distinto. Pero esto no es así. En pocas líneas, Eckhart deja entrever perspectivas muy variadas. Podríamos comenzar diciendo que el