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306 MARIANO ÁLVAREZ GÓMEZ que aquieta a todas cosas, que les basta a todas y que en ella, en cuanto que es el ser, descansan todas»l6. El «esse» no es simplemente el «médium probandi», representa la razón o fundamento: a) de la autosuficiencia, en que consiste la «perfección de la esencia divina»; b) de que esta perfección sea la única y verdadera razón suficiente de las cosas; c) de que, en consecuencia, todas ellas no constituyan sino modos del ser mismo. Es evidente que, dada la identidad aboluta entre el ser y Dios, las cosas no son sino modos de Dios mismo. 7. DIOS O EL TEMA DE LA RELACIÓN ENTRE LO UNIVERSAL Y LO SINGULAR A la identidad entre el ser y Dios asoma un aspecto fundamen­ tal que, en mi opinión, remite a la verdadera cuestión de fondo, al tema probablemente único de la Metafísica: el de la relación entre lo universal y lo singular. Anteriormente vimos que Eckhart identifica la máxima exten­ sión y la máxima comprensión. Podría quedar en el aire como pre­ gunta si esa máxima comprensión no se viene a reducir en último término a una adición indefinida de notas y propiedades, de entes en definitiva. En este sentido, la comprensión no pasaría de ser una versión de la misma extensión. Respondería a la idea de que un ser comprende o abarca todas aquellas cosas a las que se extiende. Pero esto no pasaría de ser una tautología, aunque no del todo inocente, una especie de imperialismo de las ideas y, ante todo, de la idea de ser. Pero, en realidad, si la comprensión se reduce a la extensión tendríamos como resultado únicamente el ser como «la determinación más pobre», de que habla Hegel. La perspectiva cambia si, en lugar de entender por la compren­ sión el abarcar esto y aquello, y así indefinidamente hata abarcarlo 16 «... in nomine sadai, quod sumptum est a ratione sufficientiae, significatur divinae essentiae perfectio, et quod ipsa est esse et quod quietat omnia, ipsa sufficit omnibus, in ipsa, utpote in esse, quiescunt».

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