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UNIDAD Y REFLEXIÓN 293 4. CONVERTIBILIDAD DE LOS TRASCENDENTALES COMO EXPRESIÓN DE SU CONVERTIBILIDAD CON DIOS Eckhart parece dar por supuesta la doctrina tradicional de la convertibilidad de los trascendentales en el sentido de que cada uno de ellos es idéntico con los demás, a la vez que tiene su «ratio» pro­ pia (cf., p. ej., santo Tomás, De veritate, q. 1, a. 1). En principio, dicha convertibilidad significa que lo que es, y en cuanto que es, es simultáneamente, en razón de su entidad, uno, verdadero y bueno, como lo que es verdadero es, en razón de su verdad, ente, uno y bueno, etc. Ello, sin embargo, no significa en modo alguno que carezca de sentido el empleo de los distintos conceptos: entidad, unidad, ver­ dad y bondad para expresar una cosa, ya que la razón por la que algo se denomina verdadero es distinta de aquélla por la que se considera bueno, etc. Probablemente la investigación a fondo del significado de la «ratio» abriría perspectivas de mucho interés para descubrir implica­ ciones profundas en esa doctrina de los trascendentales. La pregun- da fundamental en este sentido podría ser: si los trascendentales se distinguen únicamente por la «ratio» correspondiente, ¿se trata sim­ plemente en cada caso de un diferente punto de vista o más bien hay que analizar el problema «fenomenológicamente», dando por supuesta una correspondencia entre la constitución del sujeto y la constitución de la misma realidad? Si la «ratio» es meramente subjetiva, no afecta en modo alguno a los trascendentales mismos, y si es estrictamente objetiva, en el sentido de que es la «ratio» del ente, de lo uno, de lo verdadero y de lo bueno, es difícil entender cómo se puede hablar de converti­ bilidad, si no es admitiendo a su vez una «ratio» común a los «distin­ tos» trascendentales. Como se ve, se replantea aquí la vieja cuestión de la «simploke» platónica. Y este tema nos retrotraería a lo que, en mi opinión, es el problema fundamental de la Metafísica y, proba­ blemente, de la Filosofía en general. Pero de esta cuestión podemos prescindir. En todo caso, la reflexión explícita de Eckhart va por otro camino. Lo que le interesa destacar y lo que, además, reaparece bajo distintas formulaciones a lo largo y a lo ancho de su obra es: a) los trascendentales no son

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