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ESCRITURA Y SENTIDO EN E. LLEDÓ Y J. DERRIDA 271 néutica que intente dar cuenta del sentido transmitido en la ideali dad de la palabra y que encuentra en la memoria un referente tanto objetivo como subjetivo. La actitud deconstructiva es una actitud desmemoriada de multiplicación y proliferación de una inscripción que, como juego, no es ni finita, ni infinita, sino indefinida l6. Este juego diseminador es un juego de olvido, en el que no hay hori zontes de comprensión, en el que no hay interioridad y exteriori dad, en el que, en definitiva, no hay ningún diálogo mediador desde el que se sintetice semánticamente la comunidad del lógos y de la memoria. La verdad, por tanto, también se difumina porque no hay encuentro. La filosofía, de forma genérica, siempre ha denotado una cierta actitud hermenéutica en la medida en que siempre se ha pretendi do encontrar sentido a la realidad y a la propia intimidad desde el lógos. No obstante, su sentido más legítimo surgió, sobre todo, con los humanistas del Renacimiento, al hacer de la escritura un verda dero filtro retórico para el conocimiento de la realidad. El desparra- mamiento de la desmemoria que supone la diseminación hace que la memoria hermenéutica del lógos reaccione, reclamando la legiti midad de un espacio metafísico en el que no sea necesario ocultar el miedo al sin-sentido en la nostalgia genealógica de la deconstruc ción. La memoria reacciona ante la implicación de la muerte, y, por eso, la memoria de la escritura es vida permanente para proyectar. La insatisfacción y el deseo, que tanto animan la obra de Lledó, es el verdadero sustento de la memoria, pero a la vez su propio límite, como ha visto M. Peñalver: «La recolección hermenéutica es quizá la tarea urgente del que presiente el fin de la riqueza y de la unidad. La hermenéutica trataría en suma de recolectar los fragmentos dis persos de la Unidad, aún sabiendo que jamás esa recolección será satisfecha, y que jamás la Unidad será merecida»17. La escritura, por tanto, es esperanza al mismo tiempo que el paradigma de nuestra finitud. Y es esperanza sólo en cuanto que 16 Cf. M. P e ñ a lv e r, Gadamer-Derrida. De la recolección a la diseminación de la verdad, en ER. Revista de Filosofía, 11 (1986) 13. 17 lbidem, p. 16. Sobre estos asuntos y del mismo autor puede consultarse: Las perplejidades del lector contemporáneo: semiotizar, interpretar, deconstruir, en Fragmentos de Filosofía, 3 (1993) 129-154.
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