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EL OTRO EN LA FENOMENOLOGÍA TRASCENDENTAL.. 237 to ente en sí y para sí, de una esencia propia; y en segundo lugar, como una autoexposición en sentido lato que, partiendo de la anterior, muestra cómo el ego constituye en sí, por virtud de esta esencia propia, algo otro , “algo objetivo”, y en general todo cuan to tiene para él el valor de realidad así en el yo como en el no- yo>»21. Unas líneas antes había dicho: «si en mí, el ego trascendental, como ocurre de hecho, están constituidos trascendentalmente otros ego, y si por obra de la intersubjetividad trascendental que de aquí brota constitutivamente para mí, está constituido un mundo común a todos... a partir de la subjetividad trascendental constituida en m í...-22. Es decir, la reducción fenomenológica conduce a la exis tencia de los otros integrada en las funciones constituyentes de la conciencia subjetiva, esto es, del ego propio. Aquí nos encontramos el aspecto solipsista señalado por Hus- serl como «una objeción grave en apariencia», «si yo, el que medi ta..., ¿no me he convertido en el solus-ipse?»23. Como objeto intencional de esos actos, el otro queda situado dentro del ámbito de la conciencia que los realiza, y el problema del encuentro con él tendría que ser resuelto aclarando cómo se constituye la conciencia de este ego o cómo se forma en mi con ciencia la presencia del otro , el sentido de su alteridad y el alcance de su entidad como otro ego. El otro es así alejado en virtud de la reducción, y el ego propio es lo inmediato, lo próximo. De este modo, dentro de las vivencias del yo aparecerá el otro. De esta forma, el solipsismo desplaza a los otros sujetos en comparación con la inmediatez con que se vive el ego propio. «Los otros sujetos, en tanto que sujetos trascendentales, no están dados en el cuadro de mi ego como éste lo está para mí mismo en una experiencia realmente inmediata... La constitución sistemática de una fenomeno logía trascendental al nivel primero y fundamental no puede consi derar a los otros nada más que como fenómenos puestos entre paréntesis, no como realidades trascendentales. Entonces, en este 21 MC,§41, p. 143. 22 MC,§41, p. 141. 23 MC,§42, p. 149.
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