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234 M.a DEL CARMEN ASTIGARRAGA El ego trascendental es para sí mismo el origen, el terreno de los actos en los cuales el ego se realiza y por los cuales se encuen­ tra constituida la experiencia de un mundo. A pesar de esto, la feno­ menología presenta la dificultad de mantenerse en un solipsismo, siempre dentro del campo de la subjetividad propia, y debe escapar por ello del campo trascendental reducido para acaparar el vínculo entre el yo y el no-yo. Una posible solución a esta dificultad puede ser la conserva­ ción de la idea de campo trascendental con la subsiguiente supre­ sión del ego; solución inspirada en Sartre en su ensayo La trans- cendance de l ’ego, de 1938. Para ello se invoca a la necesidad de comprender de qué forma se constituye este campo trascendental pero sin renunciar al ego, así, se necesita de una explicitación de cómo el ego se aprehende a sí mismo en su unidad como garantía de unidad de las estructuras ofrecidas en el campo trascendental. Si se sigue este camino, el proyecto de una filosofía primera no se cumple, por lo que Husserl saldría del solipsismo, pero a un precio muy alto. Se puede establecer que el ego trascendental, por el hecho de ser normativo, es un eidos ego; es así como la experiencia que le es dada para constituir su campo trascendental conlleva la aporta­ ción por parte suya de una universalidad esencial que lo establece, dentro de su esfera constituyente, como ejecutor de un dominio en el que la multiplicidad de las conciencias monádicas aparece en su misma esfera. Fenomenológicamente sólo el ego viviente y monádico que soy yo puede realizar sobre sí mismo los actos que le muestran su con­ formidad con el eidos ego. El eidos ego no es un modelo del ego que se reencuentra con otros ego tal y como aparece en mi ego, sino que se tratas de un eidos ego visto desde sí mismo en tanto que yo realizo sobre mí mismo las variaciones que me determinan como ego posible. Después de haber reducido al ego a su esfera propia de perte­ nencia y tras haber mostrado la estructura del mundo primordial que se extrae de ella, Husserl escribe: «Tiene ahora que hacerse comprensible cómo se lleva a cabo (y como experiencia), en el grado superior y fundado, la donación de sentido desde el punto de vista de la constitución. No se trata aquí de la revelación de una

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