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EL OTRO EN LA FENOMENOLOGÍA TRASCENDENTAL.. 233 intersubjetivos. Esta situación sirve tanto para esa subjetividad apre­ hendida reflexivamente por ese sujeto cuando dice de sí mismo ego como para este ego que aparece en el mundo ante los demás. Lo que decide la individualidad del ego es la iniciativa que pone en movimiento tanto sus componentes físicos o su presencia objetiva como sus elementos espirituales, aunque esta iniciativa sea absolu­ tamente intransferible y sea propia de la individualidad del sujeto al que pertenece. Por tanto, el uso del ego no obedece al sentido de la subjetivi­ dad de quien lo emite, sino que pertenece a la reflexión propia del yo, y sólo a ella. El ego es una especial estructura que se diferencia radicalmente de lo que conocemos de los demás y de lo que ellos conocen de mí mismo. No se trata de que en esa subjetividad haya un núcleo que sea propiamente el ego , sino que esa subjetividad es la que se diferencia absolutamente de lo que se hace público a ese mismo sujeto. Si el proyecto fenomenológico se inicia frente a todo intento de naturalizar la conciencia y con ella la razón y la verdad, es por­ que la razón y la verdad no pueden ser hechos que dependan de otros hechos 17. Sin embargo, Husserl había iniciado la búsqueda de ese sujeto racional en sí mismo. La búsqueda la realiza anali­ zando las vivencias propias, en donde la evidencia es originaria­ mente individual, pero como individualidad que tiene como vali­ dez la de ser precisamente válida para todo sujeto racional. El sujeto, por tanto, es mi ego, ego en cuanto se sitúa en el mundo una vez que la reducción nos asegura la vivencia absoluta a partir de la cual se puede objetivar el mundo. Atendiendo a esta puesta entre paréntesis del mundo objetivo, la vida subjetiva nos sirve de proyecto a partir del cual elaborar todas las premisas; por ello Husserl ha de situarse en un plano solipsista. La fenomenología ha de seguir las implicaciones de la concien­ cia que aparecen en la vida subjetiva. El ahora, el presente, es el punto cero desde el cual cobran sentido las fundamentaciones que sobre esa vida subjetiva se apliquen. 17 Cf. J. S an M artín , La fenomenología de Husserl como utopía de la razón , Anthropos, Barcelona 1987, p. 85.

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