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232 M.a DEL CARMEN ASTIGARRAGA mundo del ego reducido a su esfera de pertenencia no es el residuo insignificante obtenido mediante una mera abstracción, sino que es el mundo original que se sitúa ligado a la experiencia que, como ego viviente, tiene del mundo. El ego cogito no puede escapar del es que le está ligado en una síntesis esencial; por esta razón, todo acto constitutivo, en la medida en que es correlativo de un ego que piensa, está presente en la unidad de tal síntesis en mi mundo pri­ mordial. Desde este momento el método fenomenologicamente correcto para abordar el examen de la constitución de los objetos distintos a mí consiste en ir más allá de mi esfera de pertenencia. El método consiste en aprender a delimitar, dentro de la esfera de lo que me es propio, aquello que, por su esencia, se ofrece como sien­ do otra cosa que yo. Lo que se ofrece con esta prioridad esencial es el otro: «el primer no-yo es el otro-yo»l6. Las esferas de lo mío, que constituyen lo que se muestra comò*'" ~ un yo, consisten en elementos objetivos intersubjetivos, como son las ideas o los valores; esferas del ego que pretenden tener validez universal y que primariamente pertenecen a nuestro mundo, pero que son comunicables y pertenecen a la zona más intersubjetiva de lo que forma parte integrante del yo. Con la iniciativa por parte de cada sujeto de .vivir intuitivamen­ te sus propias actividades se señala un momento de la subjetividad que sólo ese sujeto puede vivir de inmediato. De tal forma esto es así que se puede objetivar cualquier otra actividad, pero sólo desde ella se identifica al sujeto como punto que no objetivado en el momento de su auténtica realización. Cualquier cosa y actividad pueden ser objetivadas porque es hacia ellas donde se dirige la acti­ vidad que cada uno es. Las personas y los cuerpos se objetivan por una iniciativa que actúa en el propio sujeto y ante la cual se consti­ tuye todo lo que le rodea. Sin embargo, esto no significa que esa actividad se encuentre encerrada en el fondo de la propia subjetivi­ dad. La misma subjetividad es objetivada como actividad prevista o recordada. En definitiva, lo que una subjetividad que se muestra como un ego es se constituye mediante elementos que son primordialmente 16 MC, § 9, p. 64.

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