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ONTOLOGÌA Y «SER SALVAJE. EN M. MERLEAU-PONTY 179 plano de investigación. No como función sensorial sino «como arque­ tipo del encuentro con el pasado, con lo imaginario y con la idea». Esta experiencia-fuente, este reencuentro primordial «nuestro» con «lo que es» es lo que Merleau-Ponty llama carne. Todas las nociones de la psico-logía (percepción, idea, placer, deseo, amor) no son más que especificaciones de una única y total adhesión al ser que es la carne 19. La reflexión filosófica nos coloca frente a varias paradojas: diversidad de funciones sensoriales y unidad del hombre sentiente, oposición entre el yo y el otro; oposición entre el nivel sensible táci­ to y el nivel cultural, entre el mundo de las artes y el del lenguaje, entre la identidad científica y la filosófica. Sabemos que el pensa­ miento de Merleau-Ponty no es una dicotomía, sino una circulari- dad. Siempre intentó mostrar cómo están implicados los términos que a primera vista parecen antinómicos. Los conceptos de carne y de reversibilidad le parecieron, al final de su vida, los mejores para pensar las paradojas que acabamos de enumerar. «La carne es una noción última», «la reversibilidad es lo que define a la carne»20. Pero entre el yo y el otro la reversibilidad no se realiza jamás total­ mente, ya que nunca se da una simple coincidencia entre mi visión (yo) y la del otro. Cada uno hace salir al otro más allá de sí mismo, de tal modo que esta reversibilidad, siempre hecha ya, en algún sentido está también siempre por hacer. Si hay un intercambio, siempre reco­ menzando, es porque la reversibilidad, que está presente, está también siempre en el horizonte. Los otros no serían, para mí, si yo no descifra­ ra en ellos algún signo de una presencia de la que tengo el modelo, pero jamás hay una simple fusión o coincidencia. También el arte, el pensamiento y la reflexión son «repetición» de la carne. El propio medio de la carne da forma a la palabra y al pensamiento. Lo que significa la palabra nos lleva, finalmente, a lo que se nos da en la experiencia per­ ceptiva. Existe, por tanto, una relación de reversibilidad entre el nivel tácito y el nivel lingüístico, entre lo natural y lo cultural21. 19 O. c., 210 y 324. 20 O. c., 185 y 189. 21 «Comme il réversibilité du voyant et du visible, et comme en point où se croi­ sent les deux métamorphoses, naît ce qu’on appelle perception, de même il y a une réversibilité de la parole et de ce qu’elle signifié», en V. /., 202. Ver también 190.

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