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220 M.a LUISA G. GARCÍA clusión alguna —como sucede con el tema del límite del tiempo— porque no la necesita. Lo importante, para él, es el camino , el fieri. Por ello, nuestra interpretación pontyana no quiere —como pensa­ mos tampoco quiso el filósofo francés— caer en la trampa de con­ clusiones para atrapar la transcendencia del aquí y del ahora: la vida. Del capítulo dedicado a la reelaboración del Cogito se desprende que la razón y la vida siempre han tenido problemas para ir de la mano. Por este motivo, Merleau-Ponty no utiliza demasiado el con­ cepto de vida. Estas breves pinceladas, que recogen resumidamente lo que con mayor detalle desarrolla nuestra tesis, muestran que el fieri del Ser en el ser del hombre, sujeto-objeto, yo-mundo, no concluyen sino en cierto vitalismo ambiguo. El Ser es una inmanencia in fieri hacia la transcendencia que siempre permanece inmanente en los seres y que se revela en el hombre. El pensamiento pontyano no necesita posteriores desarrollos, ni queda, con la muerte de nuestro filósofo, inconcluso. Es así. Inmanencia y transcendencia se unifican y van ampliando su dimensión ontologica en un vitalismo ambiguo. Dra. M.a Luisa G . G arcía Instituto Blanco Amor Orense

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