PS_NyG_1996v043n001p0171_0220

ONTOLOGÌA Y -SER SALVAJE» EN M. MERLEAU-PONTY 219 cual se manifiesta el Ser. Todo el capítulo III prueba de modo irre­ futable nuestra interpretación pontyana. 2. Una vez esclarecido el Cogito , expresión de la transcenden­ cia en la inmanencia del primer Merleau-Ponty, y analizado el cam­ bio de la noción de subjetividad, aparece en los últimos escritos pontyanos el Ser salvaje como expresión de la transcendencia en la inmanencia. El Ser se descubre lentamente. El Ser lo alcanzamos, según Merleau-Ponty, a través de sus determinaciones. Está más allá de lo fenoménico, más allá de lo que podríamos llamar «lo óntico». Pero está presente, a la vez, en toda determinación. El Ser no lo alcanzamos sino por medio de sus determinaciones, de las realida­ des que experimentamos, los singulares existentes. Y, al mismo tiem­ po, también lo alcanzamos más allá de esas determinaciones no como una determinación primigenia y anterior, sino como presente en ellas. Se ha, pues, de distinguir el siendo del Ser. El pensamiento pontyano del Ser no es reducible a la idea que nosotros podamos tener del Ser, ya que esto nos impediría captar al Ser en sí mismo, tal como él es. Y, tal como es, el Ser no es sino el mundo apare­ ciendo. No es el mundo de hecho, sino lo que hace que el mundo sea: es la facticidad. El Ser es, por consiguiente, la Naturaleza, en cuanto «carne del mundo». Pero éste tiene su único sentido en el hombre, que es también el único ser que accede a su sentido. Este sentido es existencia carnal: máxima expresión de la transcendencia en la inmanencia. Es en nosotros y a través de nosotros cómo el Ser se interroga a sí mismo y se piensa. Somos nosotros la pregunta que el Ser se dirige a sí mismo. Pero nosotros, según ya se ha indicado, somos nosotros y el mundo. Es decir, lo Visible, que necesita para ser habitado y sostenido de una profundidad interior propia: lo Invi­ sible. Por tanto, lo que nos parece ver en la reflexión o en los con­ ceptos será siempre algo derivado de la experiencia pre-crítica e irreflexiva. Un derivado que debe remitir lo Visible a lo Invisible. De este modo, la vida se hace idea y las ideas deben regresar a la vida. Merleau-Ponty afirma que el primer acto filosófico consistiría en volver al mundo vivido más acá del mundo objetivo. Esto se jus­ tifica porque es en este mundo objetivo en donde podemos reen­ contrar los fenómenos y el origen de toda experiencia viva, a través de la cual el mundo vivido y las cosas se nos dan en sí, libres de cualquier tradición que las desvirtúe. Merleau-Ponty no llega a con-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz