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202 M.a LUISA G. GARCÍA en sí la no-visibilidad74. La conciencia sensible como presencia al mundo es el mundo que se abre. Más concretamente, la conciencia es el resultado de la dehiscencia y de la apertura del ser en quias­ ma sentiente-sensible. Así, lo que Merleau-Ponty llama «apertura perceptiva al mundo» hay que entenderlo no como apertura de la conciencia, sino como dehiscencia del ser 75. En y para la conciencia sensible, en y para el surgimiento del sentido perceptivo. Es el Ser mismo el que mani­ fiesta su sentido. Y el sentido del mundo percibido es su aparición al sujeto, su ser para el sujeto. Esta presencia, sin embargo, del mundo al sujeto no la hace el sujeto. El mundo no le aparece y él no está presente al mundo más que porque hay Ser. Para Merleau- Ponty, al contrario que para Sartre, no es el sujeto el que ve, él es su visión y la visión es el resultado del desdoblamiento de la carne, del ser en vidente-visible 76. El mundo percibido tiene su único sen­ tido en el hombre y por la percepción, pero la percepción no es una unción del hombre, una actividad que realiza. Es el ser que con­ sigue o «accede» a su sentido. El hecho de que percibimos —noso­ tros— , no es comprensible más que como resultado de una articu­ lación del Ser en sujeto sentiente y en cosa sensible. C) S er y percepción Si, según sostiene Merleau-Ponty, no soy (estrictamente) yo quien percibe, podríamos preguntar quién percibe. Aunque, si lo hiciéramos, estaríamos destruyendo todo el esfuerzo que nuestro autor realiza, todo su interés por dejar atrás un punto de vista que intenta superar. Entendemos que no niega que el sujeto perciba y no afirme, sin más, que sea el ser el que se perciba. El sujeto no es una simple ocasión o instrumento al servicio de un pensar transcendente. Es claro que, para Merleau-Ponty, el sujeto es el yo que percibe, pero, precisamente porque quiere redefinir la subjeti- 74 O. c., 300. 75 O. c., 266. 76 De S artre , afirma M erleau -P o nty : «... c’est toujours noi qui fais la profondeur qui lacreuse, qui fais tout, et ferme du dedans ma prisión sur moi», en V. /., 291.

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