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198 M.a LUISA G. GARCIA como en la Phénom énolog ie d e la Perception , un término peyora­ tivo 66. En Le Visible et Vlnvisible la pregunta por el Ser es la pre­ gunta por el sentido de Ser en el mundo. Respecto a este tema, apre­ ciamos una inversión debida a que, si en P h én om én o log ie d e la Perception , Merleau-Ponty definía el mundo como correlativo de proyectos existenciales corporales del sujeto, en Le Visible et Vlnvi­ sible es el sujeto el que se define en referencia al mundo. En la nueva perspectiva abierta en Le Visible et Vlnvisible , el Ser no es la búsqueda del objeto —crítica a la ontología sartrea- na— ni del sujeto —Husserl— , sino el reencuentro entre ambos. Ni mundo ni sujeto tienen prioridad ontológica. Es el Ser, que no es ni lo uno ni lo otro. Pero que tampoco es otra cosa, sino su carne común, su textura única. La noción clave de la ontología de Merleau-Ponty, la que nos muestra su originalidad es la carne. Con ella, nuestro autor supera definitivamente cualquier noción de ser en sí, de una filosofía inmanentista que cree eliminarlo poniéndo­ lo simplemente entre paréntesis y definiendo el Ser como ser para nosotros. Lo que Merleau-Ponty busca es una «definición dialéctica del Ser, que no puede ser el ser para sí ni el ser en sí..., que ha de dar con el Ser antes de que se lleve a cabo la excisión reflexi­ va, en torno de ella de su horizonte, no fuera de nosotros, ni en nosotros, sino donde se cruzan ambos movimientos, donde «hay algo»67. Merleau-Ponty busca una definición dialéctica del Ser y la encuentra en la noción de carne. Ya vimos cómo para él 68 era el medio en el que se forman sujeto y objeto, el «tejido único» del que se compone el cuerpo y las cosas. No existe contradicción entre una filosofía de la construcción transcendental y una filosofía de la causalidad material. Es decir, que el sujeto y objeto son compañeros indisociables porque no son lo que son más que en cuanto expe­ riencias derivadas y simultáneas de un mismo Ser. 66 P.P., 116 y 131. 67 O. c.y 130. 68 O.c., 193, y O. E., 17.