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ONTOLOGÌA Y «SER SALVAJE» EN M. MERLEAU-PONTY 193 1. DESCUBRIMIENTO DEL SER El «Ser salvaje» es, ahora, la expresión de la transcendencia en la inmanencia, del último Merleau-Ponty. Para llegar al «Ser salvaje», es preciso pensar el Ser, porque éste, para nuestro autor, no se nos da en una intuición de manera global, sino que hay que descubrirlo pro­ gresivamente como lo más próximo y lo más lejano. Descubrimos el Ser lentamente. El pensamiento del Ser es lo primero pero, al mismo tiempo, es a lo que siempre volvemos para precisarlo y explicitarlo. Quizá esto sea debido a que lo que es como Ser no puede ser defini­ do ni encerrado en una conclusión. Y como el Ser es lo primero a nuestra inteligencia, el conocimiento del Ser es para nosotros lo pri­ mero y lo último y, en tal perspectiva, nos coloca ante el abismo. El conocimiento que tengamos de él no puede considerarse nunca como suficiente ni como terminado. Por ello, entendemos que este conocimiento está más allá de todos los otros conocimien­ tos. El Ser es primero y el conocimiento del Ser es primero. Pero este descubrimiento, que es siempre un descubrimiento radical —pues no puede referirse a otra cosa para explicarlo— , se lleva acabo en ciertas circunstancias que son, por supuesto, las de la con­ dición humana de nuestro pensamiento. Captamos el Ser, primero, a través de un juicio de existencia, a través de una experiencia que implica la percepción. El Ser lo alcanzamos, según Merleau-Ponty, a través de sus determinaciones. Está más allá de lo fenoménico, más allá de lo que podríamos llamar «lo óntico», pero está presente, a la vez, en toda determinación. Tenemos que reconocer, pues, que el Ser no lo alcanzamos sino por medio de sus determinaciones, de las realidades que experimentamos, los singulares existentes. Y, al mismo tiempo, también lo alcanzamos más allá de esas determina­ ciones, no como una determinación primigenia y anterior, sino como presente en ellas. Hay que distinguir lo que hace que el Ser sea y lo que es en sí mismo. Es decir, hay que distinguir el siendo del Ser. Pero nuestro acercamiento al primer momento en el que nuestra inteligencia entra en contacto con el Ser no se caracteriza por una oposición que, quizá, sea de índole gramatical más que real59. 59 Para M. H e id e g g e r , el participio «siendo» (ó v ) es el participio que reúne todos los participios posibles.

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