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168 ADRIÁN SETIÉN deberá ser económico, logístico y moral. El ideal de los Centros Misionales, hace unos años, era ser autónomos y autosuficientes. Agotada esta pretensión se inicia el proceso inverso: integrarse a otra estructura más amplia. 8 . 3 . Propiciar la formación_de catequistas y agentes de pasto­ ral y crear una infraestructura donde haya espacio para los agentes laicos. Lo dicho en el apartado anterior es válido también aquí. Es preciso darse cuenta de que no se trata de crear posibilidades teóri­ cas, sino reales. Las aproximaciones serán simples fracasos. Por ejemplo, ¿es posible un agente de pastoral indígena encuadrado en una organización con programación precisa y supervisión y que tra­ baje gratis? 8 . 4 . Apoyar y desarrollar los sectores peor atendidos por la sanidad, educación y comunicaciones. Hubo una época en que el Centro Misional tomó la iniciativa e introdujo en el horizonte de los indígenas la escolarización, la sanidad, las vías de comunica­ ción, etc. En un primer momento, como el buen samaritano, todo lo hacían los misioneros. Poco a poco se procuró que el gobierno asumiera su responsabilidad y cargara con las cargas que son suyas por naturaleza. Sabemos que los programas del gobierno siempre están mediatizados por los técnicos, los políticos y los intereses de grupo. Esto implica que los Centros Misionales, aunque lo preten­ dan, nunca podrán desentenderse de estos campos, so pena de apa­ recer insensibles ante las dificultades de las minorías. Los programas del gobierno nunca se hacen a la medida de la necesidad, por esto siempre hay sectores que por diversas razones no son atendidos o lo son muy deficientemente. En realidad, la estrategia de los centros misionales ha sido, hasta ahora, cubrir los espacios que quedan al descubierto. Piénsese en un capuchino indiferente ante la indefen­ sión que, en materia de salud, afecta a los más pobres económi­ camente, o las más ignorantes, o a los más aplastados por la enfer­ medad... En otro sentido, piénsese en el indígena, gran promesa para su grupo, que no puede cursar estudios superiores porque carece de recursos económicos. 8 . 5 . Crear espacios de reflexión donde se propicie la incultu- ración de la fe y la liturgia. La tarea de inculturar la fe y la liturgia

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