PS_NyG_1996v043n001p0087_0135

118 P. CALASANZ idea de un dios monopolizado e instrumentalizado por una política.' Por este camino se desemboca en la divinización del Estado, que tiene ya todas las puertas abiertas para actuar a su antojo y para decidir, en última instancia y sin posibilidades de réplica, sobre el bien y el mal, sobre la vida y la muerte. El dios ruso es «distinto» del Dios verdadero. Dostoyevski lo hace ver de un modo claro en el pasaje ya citado, que termina con estas monstruosas palabras: *—¿Cree usted en Dios o no cree? —Creo en Rusia, creo en su ortodoxia... Creo en el cuerpo de Cristo... Creo que un nuevo advenimiento tendrá lugar en Rusia... —¿En Dios? ¿En Dios? —Yo... creeré en Dios»36. CRISTO EN EL CENTRO «... un Ser, que Él solo valía por toda la Naturaleza y todas sus leyes, por toda la Tierra, la cual es posible que únicamente fuera creada para la sola aparición de ese Ser...». (El Idiota) «Dostoyevski, en el primer ensayo de sus Demonios , hace decir a su héroe, a propósito de la fe: “Se reduce, en definitiva, a esta pregunta trans­ cendental: ¿Puede un hombre culto, un europeo de nuestros días, creer aún en la divinidad de Jesucristo, Hijo de Dios? Porque a esto se reduce en definitiva la fe toda”». (Karl Adam, Jesus-Christus) 36 Ibid.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz