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46 BERNARDINO DE ARMELLADA camos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas para los llamados, lo mismo judíos que grie­ gos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios» (1 Co 1, 21-25). Pero la encarnación dice también resurrección. Aparece finalmente la vida. La resurrección de la cultura es una nueva creación del espí­ ritu, es un don de lo alto, confirmación del Padre, si bien la fe segui­ rá siendo esencialmente distinta. El acontecimiento Cristo no se redu­ ce al mundo hebreo y su cultura, lo supera. Raniero Cantalamessa, en su disertación sobe «la Theotókos, signo de la recta fe cristológica a la luz de los Concilios de Éfeso y Calcedonia»», hizo un recorrido modélico a través de los testimonios cristológico-mariológicos de los Santos Padres, de los que los dos concilios citados son resumen y sanción. Después de un breve aná­ lisis lingüístico de los términos griego «Theotókos» y latino «Dei geni- trix» (la que da a luz y la que engendra, respectivamente), desarro­ lló el aspecto histórico y el actual significativo de «la Theotókos» (la que da a luz a Dios), como teología y como piedad. El término «Theotókos», implícito en las afirmaciones bíblicas sobre María —la madre de Jesús (que es el Hijo de Dios), la madre del Señor—, aparece ya en tiempo de la lucha antiagnóstica (Oríge­ nes, Alejandro de Alejandría). Llegar a la expresión «Theotókos» no habría sido obra de la reflexión metafísica sobre «el ser de Jesús», sino de la piedad cristiana. Pero será luego la teología —la materni­ dad dice relación a la persona—, refrendada definitivamente por el Concilio de Éfeso, la que desde la verdad de la «Theotókos» oriente la devoción mariana y sea distintivo de la ortodoxia católica. En esa expresión se testimonia que Jesús es verdadero hombre (Tertulia­ no), porque es nacido de María, que es una creatura humana. San Atanasio hace de esa verdad un arma contra el docetismo. Gregorio Nacianceno considera ateo a quien diga que María fue sólo un canal por el que nos vino Cristo. Theotókos es igualmente testificación de que Jesús es Dios. San Agustín y san Atanasio hacen notar cómo de Jesús, apenas nacido de María, se dice que es Emmanuel. Y al llamarla «Madre de Dios», sería blasfemo si no se pensara que es el Dios hecho hombre. Final­ mente, Theotókos es indicación de que Jesús es una Persona. Ya a finales del siglo iv, Gregorio Niseno dice: ¿Quién se ha atrevido a

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