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BERNARDINO DE ARMELLADA 1) María es el lugar o espacio de la Encamación. En María los cielos bajan a la tierra. El infinito se hace hombre-palacio de Dios, vestido de Dios, santuario... 2) La Encarnación en María no fue algo casual, sino una etapa de la divina economía de la Salvación: Madre del Logos, fue predestinada madre del Hijo de Dios y de María. En un mismo decreto, predestinada con Cristo. El primado absolu­ to de Cristo. 3) Frente al pesimismo luterano, según el cual el pecado des­ truyó el libre albedrío, los católicos parten de la existencia de la libertad para aceptar a Dios. María, sin pecado origi­ nal, da un Sí p len o ; en la Anunciación acepta plenamente con su corazón la salvación. 4) El «Fiat» ha tenido una importancia grande en la historia de la salvación. Es condición para la misma salvación. Recor­ dar a san Bernardo, predicador de María en sus sermones sobre el «missus est». «El ángel espera la respuesta: Serán librados si consientes... Todos esperan y con razón. De tu boca depende la salud del mundo». 5) María, en la Anunciación, representa a la humanidad ente­ ra: da su respuesta libre en el acuerdo matrimonial entre el Verbo y la humanidad entera. María es artículo fundante de la fe de la Iglesia, por la importancia social de su «Fiat», que afecta a todo hombre («propter nostram salutem»). La devo­ ción a María entra dentro de la economía de Dios sobre el mundo. Ella es Causa salutis, nos ha traído la vida, Mater viventium. Hay que ver la devoción mariana en su contex­ to: Regina, Mater divinitatis-María de la Anunciación... 6) María es la generadora de Dios «Dei Genitrix» y la Madre de Dios (Mater Dei, Theotókos). 7) La teología queda perpleja ante la relación filial-materna del Verbo eterno con María. 8) El «Fiat» y la maternidad divina tienen una gran importancia para María misma y para todos nosotros. 9) Por eso María de la Anunciación tiene que vivir en la pie­ dad y en la espiritualidad católica.

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