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MARÍA EN EL MISTERIO DEL VERBO ENCARNADO 53 mente la significación de la corporalidad humana, el sentido de la generación... A partir de ahora la corporalidad, la sexualidad y las relaciones humanas quedan traspasadas por la Palabra y por la fe libre de cada ser humano. Implicaciones subversivas y de cambio en todas las relaciones humanas presididas por criterios muy dis tintos a los meramente humanos. Según Bruno Secondin, describió en su alocución sobre «Espi ritualidad de la Encarnación» la diversa incidencia del Misterio en la historia de la espiritualidad. Desde los orígenes, hay una preocupa ción por la infancia de Jesús. Sin embargo, las narraciones de la infancia contrastan con la Pascua. Los mártires se sienten unidos a la pasión de Cristo: memoria de salvación sufrida. La realidad de la Encarnación se presentará como refutación práctica de algunas here jías, pero también provoca actitudes espirituales. San Agustín se sien te especialmente impresionado al ver a Dios humilde en Jesús. La Edad Media es época de espiritualidad cristocéntrica, que alcanza en san Francisco, con el Cristo literal\ el culmen del «pathos» popu lar, que entendía las figuraciones plásticas mejor que cualquier teo ría. En la mística femenina del siglo xm, la vida de Jesús, el Cristo, es objeto privilegiado. Se trata de una originalidad cristológica más allá de las definiciones dogmáticas: Cristo plenamente hombre, Dios como nosotros: persona que se puede amar, imitar, seguir. Se recuer da a la España del siglo xvi con santa Teresa de Jesús... La espiritua lidad encarnatoria desde el siglo xix se hace compromiso social: Defender los valores del cristianismo en una sociedad que los mar gina. En nuestro siglo se abre una nueva fase en la espiritualidad de la Encarnación frente a los problemas del mundo moderno. A través de la acción (Blondel, Péguy, Tillich, Teilhard de Chardin), fomentar una actitud encarnada que supere el materialismo: com promiso evolutivo hacia el punto omega o la vigencia de un huma nismo integral (Maritain). La Acción Católica tendrá en este sentido un gran influjo en su ideal de hacerse semejante a los otros hom bres: comunidad de destino con los otros (obreros, misión de Fran cia), renunciando a los particularismos (aspecto kenótico). Las nue vas formas de espiritualidad cristológica atienden hoy especialmente a la radicación bíblica y a la universalidad: una espiritualidad que a la luz de la Encarnación adquiere fuerza personal y social con aper tura a todo valor humano, especialmente de los más débiles.
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