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14 DOMICIANO FERNÁNDEZ «la práctica de ordenar las diaconisas, está extendida, si puedo hablar así, en el mundo entero»24. En Alejandría abundan los textos sobre las viudas y son menos frecuentes los relativos a las diaconisas, pero se presentan más como un recuerdo del pasado que como una relalidad del presente. Cle­ mente (t ca 215), refiriéndose a 1 Cor 9, 5, donde Pablo reivindica también el derecho de que le acompañe en sus viajes apostólicos una «mujer hermana», lo mismo que hacen los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas, afirma que las «hermanas» que acom­ pañaban a los apóstoles no eran esposas, sino colaboradoras en su ministerio (auvóiaxóvovg) para poder atender a las mujeres que vivían en la casa. Gracias a ellas, las enseñanzas del Señor penetraron en las viviendas de las mujeres sin suscitar malevolencias. La palabra syndiakónous y las funciones que le asigna sugieren la imagen de la diaconisa. Por eso no nos debe soprender que a continuación aluda a 1 Tim 3, 11, que exige que las «mujeres sean dignas, sobrias, fieles en todo», interpretando este pasaje de las diaconisas: «Sabe­ mos también lo que el noble Pablo prescribe respecto a las mujeres diáconos en su carta a Timoteo»25. De los diversos textos de Orígenes (f ca. 254) sólo queremos recordar su comentario a Rom 16, 1 donde se nombra a Febe. «Este texto enseña con autoridad apostólica que también las mujeres son constituidas en el ministerio de la Iglesia. Tal es la función que ejer­ cía en la iglesia de Cencreas Febe, la cual es objeto de grandes elo­ gios y de una gran recomendación de parte de Pablo... Este texto nos enseña dos cosas: que hay en la Iglesia, como hemos dicho, mujeres diáconos, y que sólo deben acceder al diaconado las que han ayudado a mucha gente y que, por sus buenas obras, han mere­ cido obtener los elogios del Apóstol»26. 24 Cf. E. W. B rooks , The sixth book of the selected letter of Severus, patriarch of Antioch..., vol. 2, pt. 1, lettre 49, p. 139, London 1904. Citado por M artimort , o. c., p. 121. 25 C lemente A lej ., Stromata , 3, 6, 53, 3-4; GCS 52, 220. 26 O rígenes , Comment, in epist. ad Romanos, 10, 17; PG 14, 1278 AC. Para Clemente y Orígenes y ciertos matices de traducción de este último, cf. R. G ryson , o. c., pp. 58-64.

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