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12 DOMICIANO FERNÁNDEZ mucho tiempo; pero, si hace poco que murió, no se le tendrá con­ fianza; aun cuando fuera anciana, se la probará durante cierto plazo, pues con frecuencia las pasiones envejecen junto con aquél que les hizo lugar en sí mismo». «La viuda será instituida sólo por la palabra y luego se reu­ nirá con las otras (viudas). No se le impondrá la mano, pues ella no ofrece la oblación ni tiene servicio litúrgico. La ordenación es para los clérigos y se cumple en vistas al servicio litúrgico; la viuda es instituida por la plegaria, que es la norma común a todos»18. En Alejandría, tanto Clemente (f ca 215) como Orígenes (f ca 254) hablan no pocas veces de las viudas y las mencionan al mismo tiem­ po que a los obispos, presbíteros y diáconos, pero esto no significa que las consideren como miembros del clero, sino que se debe a los textos bíblicos que les sirven de fondo, es decir, las cartas pasto­ rales de Pablo. Clemente, por ejemplo, advierte que un gran núme­ ro de preceptos, que consignan las Escrituras, se aplican a las per­ sonas elegidas: unos a los presbíteros, otros a los obispos y diáconos y otros a las viudas 19. La elección afectaba también a las viudas. Y lo mismo hay que decir de los preceptos y normas eclesiásticas que cita Orígenes: «No solamente la fornicación, sino también las segundas nupcias impiden el acceso a las dignidades eclesiásticas: ni el obispo, ni el presbítero, ni el diácono ni la viuda pueden estar casados en segundas nupcias»20. Aunque hable de «dignidades», no hay que tomarlo en sentido estricto. No hablan estos autores de una misión especial para las viu­ das, sino que se limitan a señalar y comentar las cualidades y requi­ sitos que establecen las cartas pastorales: deben ser ejemplares, enseñar la buena doctrina a las jóvenes, lavar los pies a los santos, practicar la castidad y todo lo que está escrito para las mujeres. Pero no se olvidan de inculcar que la mujer no puede enseñar en la Igle­ sia ni dar lecciones a los hombres. Esto sería indecoroso21. 18 Tradit. 10; en la edic. española citada, pp. 50-51. 19 Paedag. 3, 12, 97; GCS 12, 289. 20 Homil. in Luc. 17; GCS 49, 110. 21 Cf. O rígenes , In Román. 10, 20; PG 14, 1279-1280.

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