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SERVICIOS Y TAREAS ECLESIALES DE LA MUJER EN LA IGLESIA.. 37 que puede desempeñar la mujer en la asamblea. Se funda en los conocidos textos pseudopaulinos de 1 Cor 14, 34-35 y de las cartas pastorales: va contra el orden de la naturaleza y contra la Ley de Moisés que las mujeres hablen en una asamblea de hombres 78. Pero acepta que la mujer enseñe a otras mujeres en privado. Puede inclu­ so enseñar a un hombre, con tal que lo haga en privado. Pero esto lo refiere a un hijo o a un hermano 79. Comentando 1 Tim 3, 11: «Las mujeres igualmente deben ser castas...», recuerda que el Apóstol «ordena que ellas deben ser elegi­ das de la misma manera que los diáconos. Se puede deducir de aquí que habla de aquellas que aún hoy se llaman en Oriente “diaconi- sas”»80. Pelagio interpreta correctamente este texto, pero tiene que recurrir al Oriente para encontrar el grupo de mujeres «que aún hoy se llaman diaconisas». Esto revela que en Roma no existían ni enton­ ces ni en el pasado las diaconisas como institución oficial. La extinción de las diaconisas en la iglesia latina sigue unos caminos más complicados que en Oriente. Nunca tuvieron la importancia litúrgica que en la iglesia bizantina. Se puede afirmar que, en términos generales, su ordenación no era equiparable a la de los diáconos. Por eso fue más fácil que asumieran las funcio­ nes y el título de diaconisas las abadesas de los monasterios feme­ ninos. El mismo rito de la consagración de una abadesa reproduce en gran parte la consagración de las diaconisas. Se conservó tam­ bién como título honorífico para las madres o esposas de obispos y de reyes. Hemos recogido algunos datos significativos de los concilios de Francia de los siglos v y vi. Tiene razón R. Gryson cuando afir­ ma que «todas las tentativas hechas en los siglos ivy v para introdu­ cir en Occidente (la institución diaconal), aun reduciéndola a un título honorífico, no tuvieron éxito»81. En los siglos vil y vm halla­ mos algunas diaconisas en Italia y Roma y surgen los rituales y ora­ ciones ad diaconam faciendam, pero es muy llamativo el silencio 78 Comment, in 1 Corint. 14, 34-35; PLS 1, 1227; cf. ibid., 1178. 79 Comment, in 1 Timot. 2, 12; PLS 1, 1349. 80 PLS 1, 1351. 81 Le ministère des femmes., p. 174.

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