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36 DOMICIANO FERNÁNDEZ ¿Por qué esta ausencia de diaconisas en Roma y en la Iglesia latina? En Roma no existen diaconisas, pero sí se habla de ellas. Lo extraño es que san Jerónimo, que vivía en Oriente, no las mencio­ ne. Pero tenemos dos autores importantes, contemporáneos de Jeró­ nimo, que sí expresaron su opinión sobre este tema: el Ambrosias- ter (Pseudo-Ambrosio) y el monje Pelagio, considerado como hereje. Y ambos rechazan la institución de las diaconisas. Del primero tenemos pocos datos sobre su identidad. Vivió en Roma en la segunda mitad del siglo iv. Se conservan de él dos obras importantes: Comentarios a las cartas de San Pablo y Cuestiones del Antiguo y Nuevo Testamento76. Los opiniones que expresa sobre la mujer en sus comentarios a san Pablo son tremendamente negati­ vas. Afirma que el hombre, y no la mujer, es imagen de Dios, una frase disparatada que será repetida durante siglos por prestigiosos escritores y teólogos de la Iglesia. A las mujeres no les es permitido hablar en la iglesia. Esto sería una deshonra para ellas y un oprobio para sus maridos. Lo que ellas deben hacer es cerrar la boca y abrir lo oídos. No es lícito a la mujer enseñar o dominar al varón, porque esto va contra la Escritura (Gen 3, 16) y contra las prescripciones del apóstol. Y así podríamos continuar con una letanía de juicios peyorativos sobre la mujer. El autor refleja ciertamente la mentali­ dad de muchos de sus contemporáneos, pero es también evidente que unos juicios tan negativos atribuidos a san Ambrosio o a san Agustín contribuyeron a la postura negativa de Occidente sobre la institución de las diaconisas 77. Pelagio es más conocido. Nacido en Bretaña a mitades del siglo iv, llegó a Roma hacia el año 380 en tiempos del Papa Dáma­ so. Pronto se ganó gran prestigio por su saber y su ascetismo. Su doctrina ha sido bastante deformada, pues hasta hace pocos lustros se conocía casi exclusivamente por las críticas de sus adversarios. En la cuestión que nos ocupa es menos negativo que el Ambrosias- ter, aunque no deja de ser muy restrictivo en cuanto a la función 76 Ediciones: Comentarios a las de San Pablo, PL 17, 47-536; CSEL 81, 1-3; Cuestiones del Antiguo y Nuevo Testamento, PL 35, 2215-2422; CSEL, 50. 77 Los Coméntanos a las Cartas de San Pablo se atribuyeron a san Amborsio y las Cuestiones del A. y N. Testmento a san Agustín.

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